La familia Mata y el entorno emocional

Ayer se estrenó en Antena 3, a eso de las 10 de la noche, una nueva serie, La familia Mata. Producida por esos fenómenos que son los de Notro Films (creadores de Los simuladores, Nada por aquí y que nos han traído al cine No sois vos, soy yo, Tiempo de valientes, Copying Beethoven, Days of Glory, Odette), se nos ha “vendido” como los Simpson a la española. Pero va mucho más allá.
La historia, como sabéis, va de una familia compuesta por el abuelo, Alfre (dueño de la casa, interpretado por Pako Sagarzazu), los padres, tres hijos (una tía solterona, un cretino al que le ha dejado la mujer con dos hijos y una joven, la protagonista). La joven se va a vivir con su novio, pero el padre “invierte” los ahorros de ambos y entonces para convivir con el chaval se van a vivir todos juntos a casa de ella. No se quieren (salvo esta pareja protagonista), pero están obligados a permanecer bajo el mismo techo.
Más allá de los gags, el entorno de la familia Mata está abonado para la depresión. La madre, Gloria (Chiqui Fernández) está constantemente quejándose (de que estos chicos viven “en pecado”, de su marido, de sus hermanos) y así manipula a los demás. A la tía solterona, Mónica (Anabel Alonso) le corrompe el ansia, porque no tiene un hombre que echarse a la boca. El padre, Arturo (Antonio Dechent) es un “empresario” que se dedica al import-export; un jeta, un pícaro del siglo XXI que va a lo suyo. El otro tío, Marcos (Ivan Massagué) es un treintañero frustrado que trabaja en la empresa de su padre porque no puede trabajar en otro sitio; tiene dos hijos, Raquel y Roberto (de 12 y 10 años), ella no tiene pelos en la lengüa y él, un niño gordito que quiere hacer gimnasia a lo “Pequeña Miss Sunshine”. En este entorno tratan de crecer como pareja la hija, Susana (Elena Ballesteros) y Pablo (Dani Guzmán). Ella, que trabaja en un Centro Cultural, responde desde el Optimismo y él, que es un buen chico, desde la Responsabilidad.
Lo más gracioso de esta serie es que, tratando de ser esperpéntica, es más que realista. Todos tenemos madres, padres, hermanos o tíos similares a estos personajes. Y probablemente la mayoría somos así. Seres humanos a los que les desborda la Ira, la Tristeza, el Asco, la Vergüenza, los Celos (profesionales o personales)… Manipuladores habituales, desde el victimismo o la falsa heroicidad. La respuesta a la posible depresión que nos podríamos causar es, en términos individuales, el Optimismo y la Responsabilidad de esta pareja “Generación Y” de unos 27 años. Y en términos generales, el Humor, que nos da Perspectiva. Sí, un entorno así es tóxico, y por tanto, “Mata”, si no sabemos cómo remediarlo y actuamos en consecuencia.