La presión

Antes del verano fui invitado al programa de Ana García Lozano en Punto Radio para hablar de Liderazgo, junto con Pepu Hernández y la concejala Ana Botella (que ayer estaba con su marido, José María Aznar, en el pabellón viendo la final). En antena, pude preguntarle a Pepu: “El año pasado no éramos favoritos y tú llevabas meses como seleccionador nacional. Pero en este europeo tenéis toda la presión porque no se os va a pedir menos que el oro. ¿Cómo afrontas esto?” Me respondió: “Vamos a transformar la presión en ilusión”.
Fácil de decir, no tan fácil de hacer. En semifinales, contra Grecia, no jugamos precisamente uno de nuestros mejores partidos. Y en la final, contra Rusia, 59 puntos, el peor registro de la era Pepu. Empezamos con un 15-4 en los primeros minutos y metimos 44 puntos en los 35 restantes. Íbamos 22-11 por delante y nos pasamos más de 11 minutos sin meter una canasta de dos puntos. Pau Gasol, con 14 puntos y 14 rebotes, jugó uno de sus peores partidos en competición oficial de los últimos tiempos. Navarro, cero puntos y Rudy sólo una canasta de jugada. Lamentable.
Conocíamos las fortalezas de Pepu como entrenador: humildad, tranquilidad, claridad de ideas, espíritu de equipo… Ahora también sabemos de su oportunidad de mejora: la resiliencia. En el último minuto, le dijo a Pau antes de lanzar dos tiros libres: “No hay medo”. Ya se sabe que si dices: “No pienses en un elefante”, ¿en qué piensas?
La resiliencia es, en ingeniería, la capacidad de un material de afrontar dificultades (por ejemplo, la presión) y mejorar sus condiciones iniciales. En el mundo de los comportamientos, significa saber responder a las peores situaciones con la mejor actitud. Ante la adversidad, mostrar valentía, descaro, serenidad, disfrute… y no miedo, tristeza, agobio, que es lo que veíamos en nuestros compatriotas ayer durante el partido. El deporte, como la vida, es para pasarlo bien, no para angustiarse.
En fin, que tenemos un equipazo (Gasol, Calderón, Navarro, Garbajosa, Rudy) pero ayer no dieron lo mejor de sí mismos. Es la sexta final que perdemos en baloncesto.

Esta visto, una vez más, que somos un país de Quijotes (y me encanta). Nuestra selección de voleibol logró, contra todo pronóstico, el campeonato de Europa en Moscú y contra los anfitriones. En motos, Faubel y Bautista ganaron, Pedrosa sólo fue batido por Rossi y Lorenzo fue tercero. Iker Martínez y Sabih Fernández lograron el campeonato de Europa de vela en Sicilia. La judoka Isabel Fernández consiguió la plata en el mundial de judo en Río y Alonso le recortó otro punto a Hamilton, luchando contra todos los elementos. Tantas proezas en el mismo fin de semana…
Si además de usar a tope el inmenso corazón que tenemos, supiéramos responder cuando somos los favoritos, no quiero pensar a dónde llegaríamos.