Leopoldo Abadía

Jornada muy gratificante en el Instituto de Inteligencia, donde he tenido el honor de clausurar con una jornada de trabajo el Máster de Coaching Ejecutivo. Los participantes en el programa me han encantado: su implicación, su atención, su esfuerzo, su participación… Lo he pasado de maravilla en las ocho horas que hemos estado juntos.

He comido con Francisco Yuste, con Rafael Saiz y con dos profesores de la Escuela de Inteligencia, José Manuel y José Antonio. Hemos estado comentando la complementariedad del Curso Superior de Coaching en la Escuela de Negocios del CEU con este máster, que es más largo y cuenta con toda una primera parte de life coaching que no se incluye en el del CEU.

En la contraportada de La Vanguardia, entrevista con Leopoldo Abadía, que se ha convertido en un personaje mediático gracias a Buenafuente. Nacido en Zaragoza hace 75 años, tiene 12 hijos y 38 nietos. Leopoldo ha impartido durante 31 años clases de política de empresa en el IESE. A su página web recibe más de dos millones de visitas. Mañana presenta su libro La crisis ninja y otros misterios de la economía actual.

Lo de Ninja no tiene nada que ver con los samuráis ni con las tortugas ninja (Leonardo, Michelangelo, Rafael y Donatello) que lleva Zoe en la mochila con ruedas con la que va al colegio. Ninja son las siglas de No Income, No Job, No Assets (Sin ingresos, sin trabajo, sin activos), los individuos sin posibles a quienes los bancos de EEUU concedieron hipotecas sin mayor garantía que la propia casa, pensando que el precio de la vivienda seguiría subiendo. La crisis, para el profesor Abadía, está causada por “1.400 sinvergüenzas y 1.400.000 estúpidos”. Leopoldo apuesta por la libertad y la decencia (otra forma de llamar a la ética, que es imprescindible).

Leopoldo Abadía dice en esta entrevista de Víctor-M. Amela que nadie puede saber cuánto va a durar esta crisis. Y nos anima a ser optimistas (“prohíbete lamentarte de esta crisis y actúa”), a no distraernos (distraerse es “no focalizar energías en lo básico”) y a ser prudentes (“analiza tus impulsos. Despidiendo a tus clientes puedes errar”).

Hay gente sabia por el mundo como Leopoldo Abadía, que llama al pan pan y al vino vino.