Pensar sin certezas

Ayer 18 de julio, Nelson Mandela cumplió 91 años. Muchas organizaciones han pedido que esa fecha se convierta en el “Mandela day” y todos hagan 67 minutos (uno por cada año de activismo social de Mandela) de actividad para los demás. Me parece una buena idea.

He leído estos días Pensar sin certezas. Montaigne y el arte de conversar, del profesor de la universidad de Sevilla Jesús Navarro Reyes. Los Ensayos de Montaigne son nucleares para el diálogo humanista. Se oponen, por el método al cartesianismo (“Pienso, luego existo”). Y son diametralmente opuestos, por su carácter ético, al maquiavelismo (“El fin justifica los medios”). La virtud como elección. “La conversación es, por lo tanto, el ámbito en el que el texto especular va desarrollándose, abriendo la posibilidad de tomar consciencia de uno mismo como sujeto.”

Un buen ejemplo de este tipo de conversaciones (bien diferente del de los contertulios en posesión absoluta de la verdad) es la del periodista argentino Jorge Halperín con el economista John Kenneth Galbraith en el libro Estados Unidos y el fin de la hegemonía. Galbraith es el heredero natural de Keynes, asesor de cuatro presidentes de EEUU (Roosevelt, Kennedy, Johnson y Clinton). Hoy en día todos los gobiernos, conservadores o socialistas, aplican el keynesianismo en mejor o peor medida. Galbraith siempre ha defendido la importancia de la ideología, pero no parece que los tiempos corran a su favor.

El deporte español sigue dándonos muchísimas alegrías. Alberto Contador ya es maillot amarillo en el Tour de Francia. En moto GP, siete pilotos españoles en el podio. En el mundial de natación en Roma, plata para el equipo de sincronizada. Y Rafa Nadal vuelve a los entrenamientos. Seguimos en la “edad de oro”.