Las pymes ante la globalización: ¿un cuento chino?

Mañana en Madrid, almuerzo en el restaurante Samarkanda, en la estación de Atocha, y salida a Zaragoza a participar en el Cine fórum Empresarial con la película argentina “Un cuento chino”. Vuelta en el AVE de las 9.50 pm.

En los cines Renoir, junto a la Romareda, hemos visto esta película escrita y dirigida por Sebastián Borensztein y protagonizada por Ricardo Darín que bien puede ser una metáfora de las pymes cerradas en sí mismas, con escasa orientación al cliente, con nobleza y dolor (“si no sabes sonreír no abras un negocio”, dice el proverbio chino) y que deben abrirse a la globalización para sobrevivir.

La crítica de sobre esta película de Martín Morales (www.mmcriticas.com.ar), titulada “Historias absurdas para coleccionar” es la siguiente:
“Cinta que tiene un simple objetivo y, con mucha fluidez y con un guión que destaca por ser claro, directo, en el que todos sus hilos se atan al final, se cumple satisfactoriamente. Entretener aquí parece algo secundario, porque si bien el humor está presente en casi todas las escenas, la historia se da el lujo de entrar en terrenos dramáticos y absurdos que le aportan originalidad, sentimiento y, por sobre todas las cosas, una riqueza argumental mayor a la película.

La historia se centra en Roberto, un ferretero ex combatiente en Malvinas, que vive solo, que está obsesionado con su trabajo, que no se permite la entrada de un amor en su vida y que no soporta la falta de respeto por parte de un tercero. Un día, mientras, relajado, estaba tomando una cerveza, se le aparece un chino que no sabe una palabra en español y que tiene que encontrar a su tapo (tío). Roberto, va a intentar ayudarlo, pero la impaciencia y la falta de comunicación le van a ser más fuertes que él y va a ser todo lo posible para deshacerse del joven. Poco a poco, se va a dar cuenta que ese muchacho lo va a ir ayudando a cambiar su estilo de vida.

Esta película es muy simple, pero es una de esas en la que no se dejan cabos sueltos ni nada está introducido de manera inconclusa y sin una intención. Este es un relato redondo, que todo tiene su importancia y su necesidad.

Comenzando con una muy bien lograda descripción del protagonista, acentuando su estilo rutinario y caracterizándolo como un cascarrabias que solo le importa su pensar, y nunca dejando de lado el humor que dichos momentos necesitan para que su personalidad pueda profundizarse, la película introduce a un amor platónico, Mari; a un cliente que le hace la vida imposible; a una familia prejuiciosa y al chino perdido que necesita de su ayuda, entre otros personajes. Cada uno de ellos tiene su momento, en especial la aparición de Vivian El Jaber, que es muy corta, pero muy divertida. A su vez, siempre se mantiene un mismo estilo de humor, acentuándose en la irónica aventura de Roberto y en cada una de las expresiones de su rostro que van mostrando su personalidad.

Pero, y es allí donde aparece lo más atractivo de la película, la misma, al mismo tiempo que mantiene un mismo estilo humorístico, nunca yéndose de lugar ni introduciendo chistes de mal gusto o irrespetuosos (algo en lo que pudo caer muy fácil), el estilo visual que aquí se desarrolla también tiene una coherencia y una sencillez que lo hace destacable. El relato en Buenos Aires comienza con una toma dada vuelta (visión de China), hay muchos primeros planos al rostro de Roberto, muchos desenfoques que quedaron perfectos y una economía de recursos, en especial en mostrar los lugares cerrados y los pocos abiertos, que enriquece y le aporta emoción a la historia (solo mirar el mueble destruido, por ejemplo). A su vez, aquí se presenta un absurdo que se va convirtiendo en un sensato y realista acontecimiento, que va acompañado por una locura muy medida visual y musical. El uso de los efectos especiales es muy bueno, en especial en la escena en Malvinas y en cada una de las noticias que el protagonista va leyendo.

Otra de las características que hacen de este relato una redonda y muy entretenida experiencia, es la calidad de las actuaciones, en especial la de Ricardo Darín. Aquí él le brindó expresión, realismo, y todos los sentimientos que en un momento el personaje femenino, Mari, le dice en la cara. Su trabajo es excelente y logra destacarse en cada una de las escenas en la que está presente. Ignacio Huang también está muy bien, en especial en darle ese espíritu inocente y educado que su rol posee. Muriel Santa Ana, muy expresiva y dándole vida al amor platónico de Roberto, está muy bien.

"Un Cuento Chino" es una de esas cintas nacionales que divierten, que son sencillas y que a la vez dejan un mensaje para pensar y debatir. Una película redonda, en la que todo tiene su justificación y su lucidez. Muy bien actuada, con un guión muy bien escrito y una fotografía que se luce en muchas oportunidades. Divertida y muy argentina. No se la pierdan.”

En el debate, moderado por un servidor, han participado Luis Sacacia (Director Gerente de Grumetal) y Nekane Rodríguez (Creade), que han estado muy brillantes. Me ha encantado ver a buenos amigos como Jorge Díaz-Ticio (con Francisco Javier y Yolanda, también de DKV, una de las mejores empresas para trabajar), Paco Noguerales o Ángel Gayán.

Excelente iniciativa de Javier Pardo (APD Aragón), que le agradezco mucho, así como a los ponentes, a los asistentes, a Rosa, Morelba y Yolanda.