La brújula del placer

Hoy he almorzado en O’ Caldiño con José María Vilas, Presidente de Panrico, de AME (las 25 marcas más prestigiosas de la alimentación en España) y ex presidente de Unilever. Autor del libro de referencia sobre marcas y distribución en nuestro país, es uno de los mejores directivos que conozco. Preparación (ha hecho la tesis doctoral sobre trade marketing), experiencia y sobre todo generosidad y bonhomía. Un placer aprender de él, que es uno de los grandes.

Salida en el AVE a Barcelona con Leonor Gallardo, co-autora de “Los Mosqueteros de Guardiola” y de media docena de libros de empresa y deporte. Mañana participamos en la ciudad condal en una jornada de APD precisamente sobre el Espíritu de los Mosqueteros y el Pep Team, a un día de que se resuelva la eliminatoria de Copa del Rey entre el Barça y el Real Madrid. Esperamos a unas 200 personas para aprender juntos sobre el mejor equipo del mundo.

He estado leyendo “La brújula del placer”, de David J. Linden, profesor de Neurociencia en la Facultad de Medicina de la Universidad John Hopkins. Es una actualización, desde las más recientes investigaciones, de nuestra ambigua relación con el placer. Nos encanta, y nos asusta (el poder siempre trata de regularlo).

El circuito del placer se puede activar artificialmente mediante sustancias o implantando electrodos. Sustancias como la cafeína o la morfina. El Dr. Linden nos cuenta que en el Imperio Romano abusaban del opio, en la Irlanda de 1840, del alcohol y lo mismo puede decirse del cannabis o el tabaco. Por los estudios de gemelos monocigóticos sabemos que el 40-60% del riesgo de sufrir una adicción se debe a factores genéticos. “El modelo de adicción como enfermedad presupone que el adicto no es responsable de haber caído en la adicción. Sin embargo, sí es responsable –y esto es muy importante- de superarla”.
La comida. “Cuando aumenta el peso, también aumenta la cantidad de grasa corporal y, puesto que las células adiposas secretan leptina en proporción a su masa, los niveles de leptina también acaban creciendo”. Por eso es tan difícil perder peso. “Cuando el peso baja, la grasa corporal y los niveles de leptina disminuyen dando inicio a una serie de reacciones bioquímicas y enviando señales que reducen el índice metabólico y provocan un fuerte impulso inconsciente de comer”. Es el Control Homeostático de la Ingesta. El peso medio de los estadounidenses ha aumentado en 12 kilos desde 1960.
Cerebro y sexo: por su infancia desvalida y por cultura, el ser humano es menos promiscuo que todos los demás mamíferos. El orgasmo es un “colocón” de placer, más débil que la heroína y más fuerte que el comer. “Es una experiencia muy polifacética, con componentes sensoriales, afectivos, emocionales y gratificantes muy definidos. Es trascendente, volcánico, incomparable”.
Me ha resultado muy interesante el uso de inhaladores nasales de oxitocina. Según Ernst Fehr (Universidad de Zurich), fomentan la confianza y la empatía y reducen el miedo y el estrés.
Ludopatía. Cuando el juego es legal y de fácil acceso, la adicción al juego aumenta. El juego (por su recompensa, por su impredictibilidad), genera placer.
Y también hay “placeres virtuosos”: el ejercicio físico (la euforia del corredor), la meditación, la aceptación social, la ayuda a los demás y disponer de información.
¿Cuál es el futuro? Nanobots en el cerebro para el final de la década de 2020. Superación de la adicciones. Aprendizaje (el sueño del neurofisiólogo de poder registrar y estimular de manera no invasiva y en paralelo cualquier combinación de neuronas). “Cuando el placer se haga omnipresente, ¿qué nos quedará por desear”, se pregunta David Linden para concluir el libro. Fascinante.

Mi agradecimiento al Dr. Linden y a los neurólogos que investigan el cerebro humano, a Leonor y a José María.