El fracaso escolar... de los directivos

Ayer preferí hablar en este blog sobre cine (Katmandú, una película hemosísima; Los descendientes, un tostón) y por ello he dejado para hoy mis comentarios a la prensa del fin de semana.

En El País Negocios, Curando nuestra enfermedad holandesa, de los profesores Florentino Felgueroso y Luis Garicano. Se refieren al hallazgo de yacimientos de gas natural por Holanda en 1959, que determinó una riqueza imprevista y la destrucción del sector manufacturero del país. Es la burbuja: como el descubrimiento de América para España, como el petróleo en Venezuela, como el boom inmobiliario y turístico (sol y ladrillo) hace 15 años en nuestro país. La particularidad, que ponen de manifiesto los autores, es que las ocupaciones hacia las que se orientaba la demanda requerían de un nivel educativo muy bajo. “El salario de los menos educados creció, durante este periodo, más rápidamente que el de los más educados. El resultado fue un incremento del abandono escolar y la parada brusca de la convergencia educativa con nuestros vecinos del norte”. Felgueroso y Garicano citan las investigaciones de Erik Hanushek, que explican el 73% del crecimiento económico entre países por dos variables: nivel inicial de ingresos y nivel intelectual de la población. Una mejora en los tests PISA de una desviación típica supone un crecimiento de dos puntos del PIB. “El desempleo al que se enfrenta España tiene un fuerte crecimiento estructural, está relacionado con el mal encaje del sistema educativo y la experiencia de la población con las necesidades actuales de la economía y se ha adaptado mucho más a las necesidades de nuestra economía del boom, durante el que la educación fue una mala inversión”.

De los 2’7 millones de personas que han dejado de estar empleadas durante esta crisis, el 80% tiene un bajo nivel educativo (secundaria o menos). El empleo de personas con estudios superiores ha aumentado en 107.000 personas. El número de ocupados con estudios superiores ha superado en el último trimestre de 2011 al de ocupados con estudios de nivel bajo. “Mientras los hombres con educación superior trabajan prácticamente todos (el 95%), sólo el 60% de los que tienen solo primaria en ese grupo de edad trabajan hoy”. La tesis es clara: “Los poderes públicos deben hacer lo posible por formar a los que, equivocadamente, abandonaron la dirección que parecía marcar el mercado laboral en el boom. Y deben hacer reformas educativas conducentes a reducir drásticamente el abandono escolar. Es difícil pensar en una prioridad más importante de la acción de gobierno”. El artículo, brillante, concluye: “Durante los últimos 40 años, en cada crisis el número de empleos que no requiere un nivel educativo avanzado cae, y no se recupera nunca. Sin invertir todo lo posible en formación, no hay futuro, ni para España ni para nuestros parados”.

Me ha encantado. El fracaso escolar ha pasado, en democracia, del 16% al 32%. Y eso explica que el desempleo juvenil se aproxime al 50%. Pero no hemos de olvidar el fracaso escolar… de nuestros directivos. España es el país nº 45 en Calidad Directiva (datos del Foro Económico de Davos), apenas el 11% de nuestros empresarios tienen estudios universitarios (muchos, especialmente en el sector del ladrillo, no eran ejecutivos preparados, sino listillos que pegaban un pelotazo); la diferencia salarial entre personas con y sin estudios en nuestro país es del 30%, cuando la media europea es del 300%. Es cuestión de mejor calidad directiva (como le ha dicho Manuel Pimentel, presidente de la Asociación Española de Consultoría, al gobierno, sin buen asesoramiento no hay salida de la crisis). Nuestras pymes siguen, en un 85%, no aprovechando ni la formación bonificada. Se desprecia el desarrollo (el coaching, por ejemplo, decrece, cuando estamos muy lejos de la media continental) y así nos luce el pelo.

José Antonio Marina, en su artículo Ideas de El Mundo, se refiere al Sistema educativo. Confiesa leer libros de management, porque le interesa la gestión de las empresas. Define “una empresa ejemplar como un sistema de gestión de talento”. Y se centra en el concepto de “sistema” (Peter Senge, La quinta disciplina). “En los sistemas se producen causalidades circulares. ¿Educan los padres a los hijos, o los hijos a los padres? ¿Los alumnos determinan si un centro es bueno o malo, o el centro si los alumnos son buenos o malos? ¿Compro una cosa porque está de moda, o está de moda porque yo –y otros muchos- la compramos? Cambiar un sistema es complicado, pero posible. Exige pensar sistémicamente”. ¿Cómo hacerlo? La Dra. Leonor Gallardo y un servidor nos permitimos explicar el éxito de La Roja en la Eurocopa en nuestro libro “La Roja. El triunfo de un equipo”. Si fuera un ministro de Rajoy (o el propio Presidente del Gobierno) aplicaría lo que allí contamos, o lo que explican los hermanos Chip y Dan Heath en su último libro, “Cambia el chip”.

Mi admirado José Ignacio Wert, ministro de educación, cultura y deporte, fue entrevistado por El Mundo. Recorte de su ministerio en 465 M €. “No vamos a recortar en becas, pero vamos a examinar su filosofía, porque carecen de requisitos de excelencia”. El sistema para el cine utilizado hasta ahora “es monolítico y estancado en la subvención”. “Las ayudas al cine no pueden superar a la taquilla”. “En España ha habido un movimiento antiexcelente y ‘antiempollón’ que genera la mediocridad”.

Por lo demás, Simon Lewis, CEO de la AFME (Asociación de Mercados Financieros Europeos) se plantea Cómo recuperar la confianza en los bancos: “Es necesario un cambio cultural y de gestión que incluya más coherencia entre riesgo y coherencia”. ¿No será que la confianza, que es frágil, hay que merecérsela? Recordando a Stephen Covey, la confianza es una cuenta corriente emocional, y las entidades financieras, salvo honrosas excepciones, la tienen a cero o en negativo.

Santiago Grisolía, presidente ejecutivo de los premios Jaime I, citaba en su artículo “Crear Ilusión”, a D. Pedro Laín Entralgo, cuando decía que España era un país que exportaba científicos e importaba jugadores de fútbol (estas declaraciones le costaron en su día su cese como rector de la Universidad Complutense).

Además, me interesaron ayer el artículo de Alejandra Agudo sobre el Desperdicio masivo de alimentos: cada español tira 163 kgs de comida al año (un total de 7’7 Tm/año) . El sexto país que más desplifarra, tras Alemania (10’3), Holanda, Francia, Polonia e Italia. En los productores se pierde el 39% de los alimentos. Los 85.230 restaurantes desperdician más de 63.000 Tm de comida al año. El 60% de ello, por una mala previsión al hacer la compra. El 30% durante la preparación de las comidas y el 10% restante por lo que los comensales se dejan en el plato (estudio de Unilever Food Solutions). También se despilfarra en el mostrador de los comercios y sobre todo en el consumidor final (42% del total). En buena medida, porque se confunde la fecha de consumo preferente con la de caducidad. A los Bancos de Alimentos les llegaron 90 M kg en 2011, pero no dan abasto para gestionarlos.

Sobre la “Mona Lisa española”, un par de artículos. Javier Sierra se preguntaba ayer si es el verdadero retrato de Lisa Gherardini. Juan Gómez-Jurado trata de imaginar cómo se pintaba este cuadro. “La mujer que iba cobrando forma en la tela no era el ser humano sudoroso e inquieto que posaba a duras penas”.

Moisés Naím hablaba del eslogan de campaña de Hipólito Mejía en República Dominicana: “Llegó Papá”. Las elecciones son el próximo mes de mayo (Hipólito fue presidente del país de 2000 a 2004). Es un ejemplo de “populismo, machismo, propensión de los presidentes elegidos democráticamente a tratar de quedarse o volver a poder y propensión de los votantes a elegir mandatarios cuya gestión fue desastrosa las vemos de Rusia a Italia y de Tailandia a Ecuador”. Con frecuencia, el populismo deriva en autoritarismo. El machismo de Berlusconi, Putin, Hugo Chñavez… El poder adictivo (Sarkozy, Evo Morales, Rafael Correa) y elegir a los malos (Daniel Ortega, Ahmadineyad). Afortunadamente, “hay otra tendencia mundial: cada vez hay más mujeres en el poder”.

Y finalmente, Luis P. Arechederra entrevistaba al empresario Alejandro Suárez, autor de Desnudando a Google. “Empezó siendo un buscador de internet magnífico”, la empresa de mayor crecimiento en la historia. “Google tiene unos conceptos de marketing laboral que buscan el mismo objetivo que las fábricas comunistas chinas. Quieren que el empleado vuelque su vida hacia la empresa y que el tiempo de trabajo y ocio se mezclen”. ¿Monopolio? “En España, tiene el 97% del mercado de los buscadores”. “Google es una máquina devoradora de datos. El engaño es que sus productos no son gratis. Damos nuestra privacidad para servicios publicitarios. No somos conscientes de lo que Google sabe sobre nosotros. Lo sabe todo”. Y concluye: “La facturación de Google en España en 2010 pudo rondar los 400 M €. En 2009, el pago de impuestos fue tan solo de 26.419 €. En estos tiempos, es algo sangrante. ¿Devuelve Google a la sociedad lo que le damos?”. Prometo leer este libro. ¿Es posible que la mejor empresa para trabajar (en EE UU) no sea precisamente un dechado de virtudes? Me interesa el tema.

Mi agradecimiento a quienes promueven la formación y el desarrollo, tanto en la escuela y la universidad como entre nuestras empresas. Como no tengamos mejores directivos, no seremos la 12ª economía del planeta, sino la 45ª, que es lo que merecemos por la Calidad Directiva que mostramos.