Un fan de Guardiola en Rumanía

Vuelo de Blue Air a las 2 de la madrugada entre Madrid y Bucarest (el único en la T1 de Barajas entre las 12 de la noche y las 6 de la mañana). El avión, lleno hasta la bandera, ha llegado puntual a las 7 (Rumanía tiene un huso horario una hora superior al de la Península). En el aeropuerto Henri Coanda nos ha recibido a Carlos, Raúl, Tomás y un servidor Daniel, un ex piloto de Tarom (las líneas aéreas rumanas). En su furgoneta hemos recorrido unos 320 kilómetros desde Bucares, en el sur, junto a la frontera con Bulgaria, hacia los Cárpatos en el noroeste. Unas 6 horas, pasando por Bacau (unos 200.000 habitantes), hasta Piatra Neamt, capital del distrito de Neamt. 105.000 habitantes, a los pies del río Bestreta, que se ha convertido en un centro industrial y de comunicaciones. Mostró gran esplendor en la época de Esteban el Grande (1457-1504), y de ese periodo histórico proceden los edificios más emblemáticos: la torre del reloj (1499) o la iglesia de San Juan (1498). Estamos en Moldavia y Bucovina, en los Cárpatos, cerca de la frontera de Rumanía, Ucrania y Moldavia.

Durante esta semana que se inicia, vamos a estar trabajando, aquí en Rumanía, en un proyecto de la Unión Europea para formar y desarrollar a directivos y profesores de este país para que mejore la calidad directiva.

Nos alojamos en el Hotel Central, renovado con fondos europeos, que es el mejor hotel de la ciudad. Junto al hotel, un funicular para subir a la montaña cercana.

Paseo por Piatra Neamt y almuerzo en un restaurante cercano al hotel, con cerveza rumana Skol.

Por la tarde, algo de tiempo para descansar y leer. Y a las 7 pm, cena en el propio hotel con Constantin, consejero delegado de la agencia regional de este territorio rumano (en el país hay ocho agencias regionales, y nuestro anfitrión es el presidente de todas ellas) y con Roxana, que habla maravillosamente castellano y es experta en gestión de proyectos. Hemos disfrutado de las más variadas especialidades de Neamt, una zona dedicada a la agricultura, el turismo (el Parque Nacional Muntii Ceahlau, los lagos) y la energía. Hemos hablado de desarrollo regional, de liderazgo y calidad directiva, del presente y futuro de la Unión Europea, y de deporte, porque Constantin ha sido jugador de balonmano (Rumanía ha sido cuatro veces campeona del mundo de este deporte). Ahora es presidente del equipo de balonmano de Bacau, que ha llegado muy lejos en competiciones europeas. Y es un gran fan de Pep Guardiola y de su forma de entrenar. Le debo algunos libros sobre entrenadores de la Liga española.

Estoy convencido de que estos días, junto a los Cárpatos, vamos a aprender un montón de cosas. España y Rumanía debemos colaborar mucho más, en los dos extremos de la Unión Europea, para que a todos nos vaya mucho mejor. Este bello país tenía 23 millones de habitantes antes de su incorporación a la Unión Europea. Ahora tiene 20 millones.

Viendo el telediario de las 9 de la noche, quiero felicitar a las jugadoras de baloncesto del Ros Casares, campeonas de Europa tras la final contra el Rivas Ecópolis en Estambul. Un duelo muy igualado y, a la tercera final, la victoria. Me he acordado de la última jornada de APD en Valencia, “Nuevas tendencias en la gestión del talento”, precisamente en la Ciudad Ros Casares de la ciudad del Turia.

Y felicito a mi admirada Patricia Ramírez, la psicóloga del Betis. En el Málaga-Betis de anoche (0-2 a favor de los béticos), Iván Dorado fue a felicitarla tras el gol que marcó. Patricia se merece todo tipo de éxitos, porque lo hace muy bien. Ojalá publique próximamente en un libro sus vivencias y sus experiencias, para que las comparta con todos nosotros.

Gustavo Dudamel, 31 años, dirige la Sinfónica de Berlín, la de Los Ángeles y la de Gotemburgo. Es un prodigio, un gran talento de Venezuela para el mundo. En el canal internacional de TVE he estado viendo un estupendo reportaje sobre él y su labor como líder, como ejemplo de aprovechamiento de la inteligencia colectiva.