Jornada en
Barcelona, impartiendo en APD Zona Mediterránea un taller sobre Liderazgo innovador: clave de la eficiencia
y la productividad.
Ayer llegué al Hotel Granados 83, de la
cadena Derby, un hotel de diseño que cuida todos los detalles y en el que uno
se encuentra muy cómodo (en el ático hay una estupenda terraza para contemplar
la ciudad condal, pero todavía no he tenido oportunidad de disfrutarla).
Y hoy, de 9 a 17 horas, lo he pasado
estupendamente compartiendo aprendizaje con 16 directivos y empresarios de
organizaciones de los más variados sectores (calzados, farma, industria,
distribución textil, seguros, call centers, etc) con lo que he tenido el honor
y el placer de reflexionar sobre el Liderazgo Innovador. Un Liderazgo entendido
como “talento para influir decisivamente en los demás”, como autoridad moral,
como credibilidad y ejemplo. Un Liderazgo que es esencial en la nueva era, en
el Talentismo. Un Liderazgo que se echa a faltar, que es escaso, y que es más
impactante que nunca en el valor de las compañías, en su supervivencia y en sus
cuentas de resultados.
Muchas gracias a Nacho, Eduardo, Rodrigo, Silvia, Pilar, Juan, Ferrán, Lina,
Julio O., Sonia, Aurea, Ana, Aina, Mercè, Jeffrey
y Julio R., por su interés, su concentración y sus brillantes aportaciones
a lo largo del día.
Dicen las investigaciones que somos el país 45º del mundo en calidad
directiva (después de bajar diez posiciones entre octubre de 2010 y octubre de
2011) y que tan solo el 16% de los directivos son auténticos líderes, personas
que marcan la pauta, que hacen equipo y que infunden energía. La probabilidad
de tener a un “tóxico” como jefe respecto a la tener a un verdadero líder
supera el 2 a 1. La probabilidad de tener un jefe mediocre (ni una cosa ni
otra) respecto a un líder de verdad es de 3 a 1. Quien tiene un buen líder
tiene un tesoro.
Esa es la mala noticia. La buena es que todo el mundo puede mostrar
auténtico liderazgo… siempre que quiera (el liderazgo, como todo talento, se
forja o se cultiva; la semilla es el querer, la voluntad sincera). Por tanto,
el liderazgo se puede –y se debe-desarrollar. Requiere de escucha atenta, de
saber mandar (dar instrucciones, con respeto y salvaguardando la dignidad
ajena), de dar ejemplo, de orientar en pos de un objetivo (un proyecto
ambicioso y realista, alcanzable y retador, en torno al que fluir elevando
nuestras capacidades), de generar cohesión y participación, de capacitar a los
colaboradores, de poner en valor nuestras mejores prácticas… No es difícil,
pero tampoco es simple (es complejo, porque hemos de saber manejar distintas
variables).
El Liderazgo es fascinante, más fascinante que nunca. Ese talento de
influencia honesta, o más bien la falta de él, explica lo que nos está pasando
en Europa, en Occidente; esta crisis que, como muy bien explica Eduard Punset,
no es mundial sino local. Este cambio de era en el que el talento marca la
diferencia. Bienvenidos aquellos que, como mis compañeros de viaje del día de
hoy, no tienen respecto al talento una mentalidad fija sino una mentalidad de
superación, una mentalidad ganadora, que entienden y viven la humildad como
depreciar su talento sino como todo lo contrario, desde la voluntad de
aprendizaje y de mejora continua.
¿Cuándo volverá España a niveles “de bienestar” como los de 2007? Tal vez
en 2019, tal vez nunca. Ahora bien, como me gusta repetir (porque estoy
convencido de ello), hay ganadores y perdedores. Empresas que apuestan por el
liderazgo, que dedican esfuerzo, dedicación, energía a mejorar… y las más, que
se lamentan de su mala suerte. Profesionales que crecen, que ponen en valor su
marca, que se dotan paulatinamente de mayor empleabilidad. La felicidad se
construye (Sonja Lyubomirsky). El éxito, el triunfo, también. Porque nunca es
por casualidad.
Mi agradecimiento a Mercè Faixes, DG de APD Mediterránea, y a su equipazo
(Aiste, todo dulzura; Ana, pura energía; Sonia, encantadora, que ha estado todo
el día al pie del cañón; Lourdes, la atención a los detalles; Albert, el toque
de humor en la ironía; Sergi, “la enciclopedia andante de APD”). Vosotros sí
que sois un ejemplo de Liderazgo Innovador.