Da gusto encarar este lunes, en la última semana de junio, con un nuevo
proceso de coaching estratégico: el del Consejero Delegado de una de las
empresas más interesantes e innovadoras de nuestro país, que se plantea muy
seriamente ser empresa-modelo. Tren Madrid-Alicante de las 9,30 h (prefiero
tres horas así que una en avión, que muy probablemente será impuntual),
almuerzo en la capital alicantina (de resacón, tras las hogueras) y coaching
esta tarde.
Una gratísima noticia: la lectura de Una mente feliz, de la psicóloga
irlandesa Elaine Fox, directora del departamento de psicología y del centro de
investigación del cerebro de la Universidad de Essex. Si uno fuera un espejo
(metáfora del coach) y Martin Seligman, el padre de la psicología positiva, me
preguntara cuál es el libro más importante sobre el Optimismo, le respondería:
“Hasta hoy, Aprenda Optimismo, el que
escribiste tú, Martin; a partir de hoy, Una
mente feliz, de la Dra. Fox”.
Es un libro magnífico sobre el cerebro optimista (sunny brain) y el cerebro pesimista (rainy brain). “Las raíces de nuestro cerebro optimista están
profundamente arraigadas en el placer” y las del cerebro pesimista, en el
miedo. La buena noticia es que ambos circuitos cerebrales están entre los
elementos más plásticos del cerebro humano. La mente afectiva determina
nuestros comportamientos y nuestro rendimiento. El pesimismo y el optimismo son
rasgos, son estados. La sensación de que uno puede superar lo que le venga
(como el actor Michael J. Fox) o no. Optimismo
es un término acuñado por Leibniz (1646-1716) y proviene de Optimus, el mejor de los mundos posibles
(este mundo es el mejor de los posibles). Pessimus,
el peor de los mundo posibles.
Estos estilos emocionales son nuestra forma de desenvolvernos por el
mundo y por tanto van a marcar nuestro rumbo. El libro presenta varios tests
(como el LOT-R, la Escala de Búsqueda de Sensaciones, la Escala de Neurosis de
Essex) para el autodiagnóstico, nos habla del “cerebro del miedo” (amígdala;
por ejemplo, las mujeres que creen que
son más propensas a padecer una enfermedad cardíaca tienen cuatro veces más
probabilidades de sufrirla), del cerebro
hedonista (el núcleo accumbens, nAcc), la proporción de 3 a 1 en las
emociones positivas-negativas (Barbara Fredrickson), la genética del optimismo
(no existe un gen para el optimismo o pesimismo; los genes por sí mismos no
afectan en los rasgos de personalidad; la heredabilidad es del 40%), la
plasticidad del cerebro (he aprendido que uno de los grandes es Álvaro
Pascual-Leone, neurólogo de la Universidad de Harvard, nacido en Valencia, que
estudió en Alemania y se especializó en neurología en Minnesota), incluyendo la
creación de nuevas células cerebrales, el efecto placebo y el nocebo, las
nuevas técnicas para rediseñar el cerebro (“podemos aprender a regular nuestras
emociones simplemente reevaluando nuestra manera de interpretar las cosas”,
para lo que el coaching es potentísimo). “El secreto del éxito está en poder
jugar como si no tuviera importancia, cuando en realidad lo significa todo”
(Steve Davies, campeón de snooker). Lo que hace La Roja.
Un libro SENSACIONAL. Muy pero que muy recomendable. Escrito por una gran
experta que lo cuenta de forma extraordinariamente amena.
Se cumplen 600 años del Compromiso
de Caspe, un importante momento de nuestra historia, en general bastante
desconocido. Los reinos de Aragón, Valencia y Cataluña acordaron, tras el
fallecimiento del rey Martín I de Aragón sin descendencia, elegir a un nuevo
monarca. Y lo hicieron en función del mérito, con un perfil de competencias del
talento. Un éxito. La corona recayó en Fernando de Trastámara, el de Antequera,
entre seis candidatos. Un ejemplo de hacer las cosas bien. Quiero profundizar
en el tema, porque me interesa mucho la historia.
Mi agradecimiento hoy a la Dra. Elaine Fox, a Julio, a Paco y a Leonor.