La línea CETI


Me ha gustado mucho la explicación de Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales, sobre la línea de crédito que el Eurogrupo ha puesto a disposición de las autoridades españolas: economia.elpais.com/economia/2012/06/10/videos/1339333147_950976.html
Efectivamente, esa línea de crédito puede evitar males mayores. Es condición necesaria para alejar a nuestro país del fantasma de la insolvencia, pero no es condición suficiente. Lo que marcará la diferencia entre salir adelante o no es la CETI.
CETI es la combinación de cuatro elementos: Confianza, Excelencia, Talento e Innovación.
Hemos de generar CONFIANZA todos nosotros: el gobierno, los partidos políticos, los medios de comunicación, la ciudadanía… ¿Cómo hacerlo? A través de la propia convicción (“efecto Wallenda”: si crees que te caes, te caes) y las expectativas positivas hacia los demás (“efecto Pigmalion”). PO-DE-MOS porque creemos de verdad que podemos. No es tiempo de masoquismos, sino de elevar la Confianza como cohesión social.
Hemos de apostar decididamente por la EXCELENCIA en todo lo que hacemos: superar las expectativas de nuestros clientes, a todos los niveles. Vamos a hacer bien, especialmente bien, lo que cada uno tengamos que hacer, sin lamentaciones ni bloqueos.
Hemos de mostrar nuestro TALENTO, la “inteligencia triunfante” (convertir nuestros conocimientos en comportamientos, en conductas cotidianas). Talento es poner en valor lo que sabemos, queremos y podemos hacer. Talento individual transformado en Talento colectivo. En la práctica, esforzarnos por aprender, por mejorar, por dedicarnos con fuerza a la tarea para ser más productivos.
Hemos de provocar la INNOVACIÓN, entendida como mejora continua, como inquietud, como estar superándonos constantemente. En todos los sectores de nuestra economía, desde la banca al turismo y la construcción, mejorando nuestros productos y servicios para ser más competitivos.
Es cuestión de Valentía: con estos cuatro elementos (intangibles, pero de gran impacto), saldremos adelante con fuerza. Añorando el pasado, la burbuja, la sensación de que sin hacer nada merecemos todo, vamos de cabeza a la 3ª división de la Liga mundial. Es nuestra elección, nuestra opción como país.

La lectura de hoy ha sido Animaladas, de Enrique de Mora, que me regaló muy amablemente el propio autor en el II Congreso Nacional de Coaching y Liderazgo. Enrique sabe mucho de biología y de organización de empresas, y hace un repaso de las principales habilidades directivas con las "mejores prácticas" de los animales (me ha gustado especialmente la diferencia "de liderazgo" de bisontes, grullas y atunes). Me ha divertido, me ha hecho pensar y me obliga a "ponerme deberes". Enhorabuena.

He estado almorzando en el Zócalo o Plaza de Armas de Veracruz al aire libre, escuchando música en vivo, y he visitado una librería muy interesante en los soportales, donde he comprado el CD Solamente una vez. De Cuba a Lara, conversiones de las grandes canciones de Agustín Lara por cantantes cubanos: Pablo Milanés interpretando Noche de Ronda, Francisco Céspedes cantando Regalo de Viaje, Carlos Varela con Piensa en mí, Omara Portuondo interpretando Solamente una vez, etc. Una maravilla. Ojalá los cantantes españoles versionaran Madrid, Granada, Sevilla, Toledo, María Bonita…

Y por la tarde ha venido a visitarme al hotel Roberto Matosas Postiglione, un apasionado del Coaching, del Liderazgo, de la Educación. Roberto Matosas fue defensa del Peñarol de Montevideo del 60 al 65 (con 19 años, estuvo en el equipo que disputó la I Copa Intercontinental al Real Madrid de Di Stefano) y del 69 al 72, del River Plate del 66 al 68 y, ya en México, del San Luis y del Toluca e internacional uruguayo (disputó el Mundial México 1970 en el que los charrúas quedaron cuartos). Con Peñarol ganó cinco campeonatos, dos copas libertadores y una intercontinental. Fue entrenador del Monterrey, Santos y Veracruz y le cabe el orgullo de haber conseguido mantener la categoría de equipos que corrían serios riesgos de descender cuando fue fichado como entrenador. Su hijo Gustavo Matosas jugó en el Peñarol, Málaga (1989-1990), San Lorenzo, Rácing (Argentina), Sao Paulo, Lleida, Valladolid, Atlético Paranaense, Golás, Tianjin Teda, El Tanque Sisley y Querétaro y como entrenador lo ha sido del Danubio, Peñarol y Bella Vista (los tres, de Uruguay), Universidad San Martín (Perú), Querétaro y actualmente León, al que ha ascendido a la primera división del fútbol mexicano. Coach y padre de coach.
Hemos hablado de Don Alfredo (¡cómo no!) y de su sentido de la responsabilidad, de autores españoles que Roberto admira (Francisco Alcaide, Santiago Álvarez de Mon, Mario Alonso Puig, José Antonio Marina), de nuestro admirado Isauro Blanco, de la inteligencia y su desarrollo, de Julia Cameron (El camino del artista), que recomienda escribir cada día…
Lo he pasado de maravilla con un hombre tan sabio y tan buena gente, que está ayudando a la educación de jóvenes y de familias. Su blog “Competir con la mente” (http://matosas.typepad.com/) es una maravilla. Recoge las opiniones de sabios como él, opiniones muy útiles para el talentismo, la nueva época que estamos iniciando. Esta semana tendremos la ocasión de seguir platicando…

Ya en la habitación, he vuelto a ver (en DVD) El curioso caso de Benjamín Button. Me encanta el cine de David Fincher y cuando vi ésta en gran pantalla, esperaba mucho más. Pero esta vez me ha encantado, porque no estaba esperando “a que pasaran cosas”, sino que me he centrado en la relación entre Benjamin (Brad Pitt) y su amor, Daisy (Cate Blanchett). Uno rejuvenece paulatinamente, la otra envejece como es propio. Pero el Amor continúa (es como esas señoras que cada vez se ven más jóvenes y sus maridos se deterioran gravemente). Tiene una dulzura y un ritmo muy delicado.

Mi agradecimiento hoy a Roberto Matosas y a la Sra. Laura Díez (su padre era de Santander, como mi madre; ella ha nacido en México y no ha estado en España todavía, ahora que ya tiene hijos y nietas, tal vez vaya con ellos).