En estos tiempos tan convulsos, suelo repetir que
hay ganadores y perdedores. Por ejemplo, esta mañana me ha llamado mi amigo
José Miguel, propietario de varios de los locales más de moda de Madrid, que
sigue lleno de ideas y “reinventándose”, como dice él, constantemente.
Enhorabuena por ese espíritu alegre y combativo, que es la sal de la vida.
Hoy me apetece escribir sobre dos ganadores. En el
mundo de los chefs, en el que la gastronomía española destaca, en el que la
peruana se está imponiendo y en el que creo fervientemente que la venezolana es
el futuro, el “number one” es Gordon Ramsey. Forbes acaba de declarar a este
famoso cocinero escocés el mejor pagado, con unos ingresos de 31 millones de
euros. Gordon Ramsey tiene 23 restaurantes en todo el mundo con 11 estrellas
Michelin, decenas de libros y varios programas de televisión.
Me encanta el estilo de Ramsey (en España puede
verse Pesadilla en la cocina –Hell’s
kitchen-). Llega a un establecimiento que las está pasando moradas, prueba las
especialidades del mismo (el producto es el producto), aligera la carta (que
suele ser demasiado compleja), mejora el clima del equipo (en especial el
tándem que deberían formar el cocinero y el jefe de sala) y los resultados llegan.
Y lo hace asertivo y directo, llamando a las cosas por su nombre, como lo
harían Risto Mejide o José Mourinho (House, el “brutalmente honesto”, es un
personaje de ficción).
En realidad, Gordon Ramsey aplica (en sus
restaurantes y en los que visita para la televisión), lo conozca o no, el
Cuadro de Mando Integral (Balanced Scorecard, creado por Norton y Kaplan). Una
secuencia que funciona en un restaurante, en un taller, en una gran petrolera o
en un equipo de fútbol.
- Perspectiva del Talento: Individual (capacidad,
compromiso) y Colectivo (equipo). Ramsey cambia lo tangible (la decoración)
para poder cambiar lo intangible (la Cultura corporativa, el Clima laboral, la
Compensación y el grado de Cooperación de quienes trabajan en el restaurante).
- Perspectiva de Procesos: la calidad del producto,
la carta, el ritmo entre comanda y entrega, el servicio.
- Perspectiva de Clientes: les pregunta inicialmente
lo que les gusta y lo que no les gusta (el escucha con atención, tras
formularles preguntas abiertas) y acaba superando sus expectativas, desde un
posicionamiento claro del restaurante.
- Perspectiva de Negocios: la consecuencia final. No
por casualidad, establecimientos que van fatal transforman su cuenta de
resultados.
Me gusta el modelo de chef, como el Chef Ramsey, que
marca la pauta, gana dinero y nutre su marca profesional.
En el campo de las artes, quiero destacar al gran
Leopoldo Flores. Ayer, aquí en Toluca (a 2.630 m sobre el nivel del mar),
estuve en el Cosmovitral, un antiguo mercado junto al Zócalo y la iglesia del
Carmen. En un jardín botánico de 3.500 m2, con una estructura art noveau. Leopoldo Flores concibió el
mayor vitral (vidriera) del mundo: 71 módulos que suman 3.200 metros cuadrados.
Flores concibió la obra a lo largo de todo un año, y en los tres siguientes 60
artesanos ejecutaron la obra (1978-1980): medio millón de piezas de vidrio de
28 colores diferentes, en 30.000 secciones de emplomados; 45 toneladas de
vidrio soplado, 25 toneladas de plomo y 75 toneladas de apoyos metálicos. Un
vitral que representa “la relación del hombre con el universo”, en todas las
paredes del museo botánico. El sol, en el lado este; el día, con tonos
brillantes, en el sur; la noche, en azul brillante, en el norte. Es la lucha de
la dualidad: la vida y la muerte, el bien y el mal, la creación y la
destrucción, en un continuum cósmico.
Diez años más tarde, en 1990, se creó el
Cosmoplafón, desde un extremo del edificio al otro. Al fondo, una mujer (maya)
y un hombre (con una cara desfugurada, que simula un águila); se tocan manos y
pies. A lo largo de todo el techo, las constelaciones y pájaros. En la entrada,
el objetivo principal de la obra: un sol de fuego con un hombre que representa
a la humanidad. Es el “Hombre-Sol” u “Hombre Dom”. Cada 21 de marzo (equinoccio
de primavera) el sol se alinea con el Hombre Sol y a la caída de la tarde,
durante unos 20 minutos, pareciera que el hombre está en llamas. Una orquesta
de música clásica ameniza ese momento mágico.
Creo que el “Hombre de Vitrubio” de Leonardo da
Vinci es al capitalismo lo que este “Hombre-Sol” de Leopoldo Flores es al
talentismo, a la nueva era.
Ayer tuve la suerte de que Diego, el guía de
Cosmovitral, me contara durante una hora los pormenores de esta obra tan
fantástica. Podemos ver cómo la periodista Vanessa Claudio nos presenta el
Cosmovitral en un vídeo: www.youtube.com/watch?feature=fvwp&v=R1mkrRX-3WI&NR=1
Este artista mexiquense (mexicano es lo relativo a
toda la república, y mexiquense lo propio del Estado de México, cuya capital es
Toluca) interactúa con el arte. En el Museo de Arte Moderno del Instituto
Mexiquense de Cultura, pude admirar también ayer su gran mural Periplo plástico (2005). Un periplo es
un viaje alrededor del mundo (como el de los grandes navegantes, sean Magallanes
o mi querido José Luis Ugarte), y es plástico porque inicialmente iba a mostrar
la historia de la pintura y acaba mostrando la historia de México y de la
humanidad, en un gran cilindro que parte de una gran explosión de luz, las
pinturas rupestres (Altamira, Lascaux, Malinalco), Mesopotamia y Creta (los
toros bravos), Babilonia, el descendimiento de Cristo, la guerra de la
Independencia. Una obra de 200 metros cuadrados, que el maestro Flores tardó
tres años en pintar.
¡Qué enorme descubrimiento para un servidor la obra
de Leopoldo Flores, el gran continuador del muralismo mexicano! Hoy he tratado
de visitar su museo, sito en la Universidad Autónoma del Estado de México, que
le nombró Doctor Honoris Causa en julio de 2008. Pero estaba cerrado (una
lástima). Espero volver a Toluca y no solo disfrutar de ese Museo, sino de
varias de las obras de Leopoldo Flores: El
hombre contemporáneo (1971), que está en el Hotel Plaza Morelos; la Aratmósfera (1974), en el cerro de
Coatepec; El hombre contemplando al
hombre (1972-1983), en el Palacio del Poder Legislativo; El hombre universal (1989), en la UAEM; En búsqueda de la justicia (1991-1992),
en la Procuraduría General de Justicia; Tocando
el sol (1995), en el Rectorado de la UAEM; De qué color es el principio (2001-2002), en el Colegio Mexiquense;
o Cátedra de la Justicia (2004), en
la Escuela Judicial del Estado de México.
“Más que por ser el inventor reconocido de nuevas
formas de expresión plástica (el mural-pancarta, el arte ecológico o las
acciones de arte abierto), Leopoldo Flores tendría que ser estudiado como
renovador del viejo concepto de muralismo porque, en un mundo asfixiado por
muros, salvó la respiración del arte para devolverla a los perdidos horizontes
de la naturaleza no roturada y al todavía diario milagro de la luz solar.”
(Alfonso Sánchez Arteche).
A sus 76 años, y a pesar de su Parkinson, el maestro
Leopoldo Flores sigue trabajando. Duerme poco, reflexiona mucho, y sigue
aportando su talento a la humanidad.
Mi agradecimiento a D. Leopoldo, a Gordon Ramsey y a
los grandes artistas, a quienes nos emocionan con sus creaciones. Sin ellos, el
mundo no sería lo hermoso que es.