La vida (y el triunfo) de los otros


Sábado de paseo por Madrid, de almuerzo en el Marca Café (a Zoe le encanta) y de leer al aire libre esta tarde. Me habría gustado ir esta noche al Circo Price a vivir la Earth, Wind & Fire Experience, el homenaje a este grupo musical de los 70 y 80.
Hoy con Expansión, la película La vida de los otros, Óscar a la mejor película de habla no inglesa en 2007. Una magnífica cinta para reflexionar sobre la rutina y el aburrimiento (en la Stasi de la RDA y en la mitad de los trabajadores europeos, actualmente), sobre la “vigilancia tecnológica”, sobre la libertad y la consciencia ética. Enrique Jurado (ESADE) y Margarita Izquierdo (Universidad Pontificia de Comillas) reflexionan en un artículo inserto en el DVD sobre la actitud del directivo y el valor de la comunicación. Una película para volver a ver o, si no la has visto todavía, para no perderse.
También en Expansión, Tino Fernández nos habla de una “empresa sin jefes” (boss free), Valve, que crea videojuegos. No hay promociones y los despidos se consensuan. Me parece, modestamente, una bonita fantasía. Creo que las personas responsables de los equipos deben aunar a su autoridad formal la autoridad moral, la credibilidad que aporta el auténtico liderazgo. Las asambleas revolucionarias no suelen acabar bien.
En el mismo diario, una excelente entrevista de Carmen Méndez a la gran Nuria Espert, que alaba la generosidad de Peter Sellars y siente que estar estos días a sus órdenes es “un regalo de la vida”.
En Cinco Días, Laura Vesga y Paz Álvarez escriben sobre nuestros deportistas: Educados para ganar. Se refieren a la Cultura del Esfuerzo, la mentalidad de triunfo, los objetivos.
Admirar y aprender de nuestros deportistas da para mucho: liderazgo a distintos niveles, retos, clima laboral, ser de verdad un equipo, tándem. La Dra. Leonor Gallardo y un servidor hemos tenido el privilegio de estudiar el éxito de nuestra selección de fútbol tras la Eurocopa de 2008 (La Roja. El triunfo de un equipo) y el Mundial de Sudáfrica (El Mundial de La Roja) y a fe que culminaremos la trilogía (No hay dos sin tres, tampoco respecto al legado) este mismo mes de julio de 2012. Tenemos que aprender, y mucho, de quienes tan bien lo hacen.
En la contraportada de Cinco Días, Marisol Paul hace un semblante de la nueva máxima ejecutiva de Hewlett-Packard, Helena Herrero Starkie. Fichada por Juan Soto para HP hace 30 años, aprendió los valores de su padre, el gran Bernardino Herrero, cofundador de APD y su director hasta 1997. Helena es una profunda amante de la historia (cree que conocer la historia es la mejor forma de comprender el mundo), de los retos y su lema es Never give up (No te rindas nunca).
Mi lectura de hoy ha sido una novela, la primera incursión en este género de Mónica Esgueva. Economista, experta en inteligencia emocional, gran viajera (ha recorrido 70 países y cada año recibe enseñanzas del Dalai Lama en Asia), excelente coach, conferenciante y escritora (Cuando sea feliz, 2011), mi buena amiga Mónica nos presenta a Alicia, en su búsqueda sentimental y espiritual por las Filipinas, Tanzania y la India. “Alicia viaja a las Filipinas para visitar a un buen amigo. Sin embargo, a su llegada a Manila se entera de la reciente muerte de él… Es el primero de tres viajes que también la conducen a trabajar como voluntaria en Tanzania y a recibir enseñanza de lamas tibetanos refugiados en la India. Todo un itinerario con vivencias que devienen decisivas para ella. 
“He sentido, he llorado, he buscado, he descubierto, he sufrido desengaños, he peregrinado y he cambiado, ya que nada ni nadie me ha dejado indiferente. La muerte y la vida en las Filipinas, los latidos de la tierra en África, la espiritualidad y las debilidades humanas en la India. El camino interior ha florecido y ha empezado a irradiar; el corazón todavía sigue buscando”.
Como nada es casualidad, Mónica Esgueva recoge un fragmento del bellísimo poema de Octavio Paz Piedra de sol (584 versos, como el calendario azteca; los días que tarda Venus en lograr la conjunción con el Sol):
¿la vida, cuándo fue de veras nuestra?,
¿cuando somos de veras lo que somos?,
bien mirado no somos, nunca somos
a solas sino vértigo y vacío,
muecas en el espejo, horror y vómito,
nunca la vida es nuestra, es de los otros,
la vida no es de nadie, ¿todos somos
la vida? pan de sol para los otros,
¿los otros todos que nosotros somos?,
soy otro cuando soy, los actos míos
son más míos si son también de todos,
para que pueda ser he de ser otro,
salir de mí, buscarme entre los otros,
los otros que no son si yo no existo,
los otros que me dan plena existencia,
no soy, no hay yo, siempre somos nosotros,
la vida es otra, siempre allá, más lejos,
fuera de ti, de mí, siempre horizonte,
vida que nos desvive y enajena,
que nos inventa un rostro y lo desgasta,
hambre de ser, oh muerte, pan de todos,

Mi agradecimiento a Mónica Esgueva, a Tino Fernández, a Carmen Méndez y Nuria Espert, a Enrique Jurado y Margarita Izquierdo, a Laura Vesga y Paz Álvarez, a Marisol Paul y Helena Herrero. Como seres humanos, podemos aprender y disfrutar de la vida y del triunfo de los otros, porque formamos parte de un todo.