Cerebro, consciencia y arte


He leído en la empresa que 15 nadadoras retiradas denuncian en una carta de cuatro folios (Cuando se puede evitar un mal, es necedad aceptarlo) a la exseleccionadora Anna Tarrés. Francamente, no me interesa el morbo (esas palabras despectivas supuestamente de la ‘coach’, como “¡Fuera del agua, gorda! ¡Vete al psicólogo!”, “No vengas a hacerte la estrecha. Si te has f… a todo lo que se mueve.”) sino la reflexión sobre si sus métodos durante 15 años justifican el éxito: cuatro medallas olímpicas, 26 mundiales y 25 europeas. Por un lado, EL FIN NUNCA JUSTIFICA LOS MEDIOS. Recordemos las palabras de Gandhi: “Los medios impuros desembocan en fines impuros”.
Por otro, tod@ entrenador/a de éxito parte de la exigencia. Exigencia sí, indignidad jamás. De la exigencia a la cohesión del equipo, a través de los valores del deporte. Hay que saber ganar, saber perder, saber crecer…
Hoy podíamos leer en la contraportada de El País una entrevista de Emilio de Benito al biólogo molecular del Instituto Pasteur de París Jean-Pierre Changeux. El Dr. Changeux se define como neurocientífico y ha escrito un libro sobre el desarrollo en el cerebro de los conceptos artísticos y de la creación, incluyendo los aspectos éticos y humanísticos.
“Lo que nos hace humanos, lo que nos da consciencia, es el cerebro”, explica Monsieur Changeux. Y añade: “El cerebro es un órgano muy plástico. Hay una base genética, pero lo que me interesa es lo que podríamos llamar la aparición de la psique, los procesos mentales. El estudio de la consciencia es muy interesante. Hay factores ambientales que influyen, y eso explica las diferencias entre personas y culturas. La escritura y la lectura no aparecieron hasta hace unos 8.000 años. La base fisiológica ya estaba mucho antes, pero algo pasó para que surgiera esa capacidad en Oriente Medio y en China. Y tuvo que ser algo externo. El cerebro se desarrolla por lo menos hasta los 15 años. Desde que nacemos su peso se multiplica por cinco. Por eso, por ejemplo, los idiomas se adquieren mejor de pequeños”.
El Dr. Changeux está feliz a sus 76 años y después de más de medio siglo de trabajo no piensa retirarse.
Si quieres saber más de su pensamiento, puedes ver el vídeo de Youtube “Reglas y límites de la creación artística desde la perspectiva neurobiológica”:
 www.youtube.com/watch?v=Qt1PCP7oeNI Son 2 minutos y medio fascinantes.
Si nuevo libro, The Good, the True and the Beautiful: A Neuronal approach (Verdad, Bondad y Belleza desde un enfoque neuronal), escrito con Laurance Garey, se ha publicado en mayo de este año.
Hoy el ex presidente Adolfo Suárez ha cumplido 80 años. Desde hace unos cuantos años, está aquejado de Alzheimer. He “celebrado” el aniversario de Adolfo Suárez González leyendo el último libro de Manuel Campo Vidal, El presidente inesperado de la transición. Nacido en Cebreros (Ávila) el 25 de septiembre de 1932, nadie esperaba -según recuerda el periodista- que Adolfo Suárez se convirtiera en el elegido para dirigir la Transición, ya que había otros políticos -Manuel Fraga, Federico Silva Muñoz, José María de Areilza- "mejor colocados" para ello. "Nadie contaba con él, pero Suárez siempre tuvo la idea de que quería ser presidente del Gobierno, que podía hacer historia en su país y la hizo con mayúscula", afirma Campo Vidal.
Presidente del Gobierno desde julio de 1977 a enero de 1981, Suárez "creía en sus propias posibilidades". “Era capaz de seducir a cualquiera en el primer minuto de una conversación" pero por la noche "pasaba muchas horas solo, haciendo esquemas, poniendo nombres". Atrevido, osado hasta el límite de lo temerario y con una gran capacidad de decisión, según el autor, su gran acierto fue pasar de la dictadura a la democracia tomando decisiones como la de legalizar el Partido Comunista de España. "Lo consideraba imprescindible para entrar en buenas condiciones en las primeras elecciones democráticas del 15 de junio de 1977, teniendo manifiestamente en contra a la cúpula militar"; era una "exigencia del guión muy difícil de hacer" y lo hizo "en un tiempo realmente muy breve".
Para Campo Vidal, el gran error del presidente Suárez fue que "le gustaba muy poco la vida de partido, que era poco dado a debatir las cosas, sino más bien a imponerlas internamente". Y entre sus grandes aciertos, la importancia que Suárez dio a la televisión. "Fue un gran comunicador, el más 'kennedyano' de los políticos españoles, entendió que la televisión era un arma de gran ayuda para el ejercicio del poder". Suárez había sido director general de Televisión Española entre 1969 y 1973 y "controlaba el medio como pocos políticos después lo han llegado a controlar en España", dice el autor del libro.
Mi agradecimiento a los artífices de la transición española: Adolfo Suárez, Felipe González, Manuel Fraga, Santiago Carrillo… De ellos, Fraga y Carrillo han fallecido, Suárez sufre Alzheimer y solo Felipe González Márquez está en plenas facultades.
“Nuestra aspiración, hoy, y así tal vez comprenderán mejor nuestra tarea, es integrarnos con todos ustedes, con todos los europeos, en una construcción común y solidaria que sobrepasa nuestras fronteras, pero que afecta, fundamentalmente, al destino histórico de España" (Felipe González, 1984)