Camino a Soria.
Hoy he estado en la ciudad castellana a la que rindiera homenaje Antonio
Machado de 11,30 a 19,30 trabajando con mi coach de vida saludable, David
Serrato. No se me ocurran muchas maneras mejores de empezar el año. David es un
gran experto en la cultura maya, en las energías (física, mental, emocional y
espiritual, para ir de lo más denso a lo más sutil) y en “atraer” la realidad
que un@ desea. De toda su sabiduría de hoy, que me hará tanto bien a lo largo
del año, me quedo con una frase de Albert Einstein: “EN LA ALEGRÍA SERÁS
IMBATIBLE”. Ojalá nos la aplicáramos tod@s en este país nuestro que vive tan
ansioso y amargado.
Me ha
interesado el artículo de Elisa Silió sobre el hecho de que Un millón de españoles despilfarra su
talento.
La periodista
parte de una cita del gran José Antonio Marina: “La mayor riqueza de un país no
son sus materias primas, su territorio y su capital, sino el talento de sus
ciudadanos”. Ciertamente. Y luego da un salto mortal para explicar que en Cuba
y la antigua URSS se segregaba a los más inteligentes (en términos de CI) y en
la equitativa Europa, no. Después menciona la African Leadership Academy,
inaugurada en 2008 en Johannesburgo para “identificar, desarrollar y conectar a
la próxima generación de líderes africanos” (que no necesariamente tiene que
ver con superdotados) y el caso de Israel (7,5 millones de habitantes, 10
premios Nobel). “La base de todo progreso económico y general está
estrechamente relacionada con un sistema educativo sólido, el cual debe ser
moderno y estar adecuado a las necesidades locales. El interrogante es saber
cuáles son los aspectos educativos de mayor relevancia para el progreso
económico”, según el Centro
Internacional de Capacitación Aharon Ofri. Al final, para decir que se estima
que el 2’3% de la población (incluida la española) es superdotada (un cociente
intelectual superior a 130) y por tanto hay más de un millón de españoles que
despilfarramos en términos de talento.
Este artículo,
con toda su buena voluntad, pone de manifiesto lo perdidos que solemos
encontrarnos cuando de talento se trata. Está muy bien citar a Marina, pero
también su idea de Talento como “inteligencia triunfante”, como el paso de los
conocimientos a los comportamientos. Pensar que las personas con talento son
las superdotadas, las de un CI elevado, hace años que no se sostiene. No hay un
talento, sino múltiples talentos (inteligencias múltiples, el concepto de
Howard Gardner) y por tanto el talento es aptitud (conocimientos, habilidades)
más actitud (comportamientos, en términos de competencias) por compromiso (la
energía que le ponemos al proyecto) en el contexto adecuado.
En España no se
despilfarra un millón de talentos (el 2’3% de la población), sino más de 40
millones de talentos (el 90% de la población), porque están desempleados
(especialmente los jóvenes, especialmente los que ni estudian ni trabajan),
porque están empleados en labores inferiores a su cualificación, porque no
están liderados eficazmente en sus organizaciones (la calidad directiva es la
43ª del mundo, imperdonable en la 12ª economía del planeta), porque nuestro
sistema educativo se parece más a una fábrica de Charles Chaplin (taylorismo
puro) que a un ecosistema de talento. Mucho por mejorar; que cada palo aguante
su vela.
Y para que no
pensemos que en todo estamos tan retrasados, el escándalo de las donaciones en
Alemania, que ha saltado hoy a los medios. En este país de la Unión Europea,
12.000 pacientes precisan de trasplantes cada año (8.000, de riñón). El ratio
es casi la tercera parte que en España, líder mundial en donaciones. La gran
mayoría de los germanos (75%) dicen querer donar, pero solo lo hace el 25%. Muy
solidario. Las autoridades quieren resolverlo imponiendo, a base de decreto. Estoy
encantado de vivir en un país con 32 donantes por cada millón de habitantes y
no en Alemania, con 14’7 donantes por millón. Síntomas de un país más
civilizado, en realidad.
Mi gratitud
hacia los donantes y hacia quienes desarrollan el talento propio y el de l@s
demás.