Domingo de
verano: piscina, lecturas y comida familiar con padres, hermanas, cuñado y
sobrinas. Ayer por la tarde fuimos a ver Monsters
University, una película de Pixar-Disney, maravillosa, que deberían ver los
niños y los comités de dirección y otros equipos profesionales en su conjunto,
porque ofrece las claves del trabajo en equipo, del tándem y de la superación.
Este fin de
semana ha estado leyendo El engaño de
Ícaro, el último libro de Seth Godin. Uno de los libros más importantes del
año.
Seth Godin es
uno de los principales gurús del marketing, conferenciante y bloguero. Autor de
textos importantes, como Tribus, ¿Eres
imprescindible? o La vaca púrpura.
Este texto está destinado a convertirse en uno de los principales de su
bibliografía.
Parte de una
introducción: Ahora, todos somos
artistas. Ahora es tu momento, el de crear arte. Porque hemos dejado atrás
la era industrial (el capitalismo) y nos adentramos en la era de la conexión
(el talentismo, que diríamos otros). Me ha encantado la historia de cómo
atrapar a un astuto zorro: primero, un muro y al otro lado, un cebo; después, a
la semana, otro muro en perpendicular y el cebo; en quince días, el tercer muro
y el cebo (el zorro ya está confiado) y al final, el cuarto muro y solo hay que
cerrar la cancela. El zorro que se cree astuto y queda atrapado (por una falsa
seguridad), somos nosotros.
Parte cero: El arte, la zona de confort y la oportunidad
de tu vida. “El arte es lo que significa ser humano”. El engaño de Ícaro es
que el hijo de Dédalo murió por acercarse demasiado al sol, que derritió la
cera que pegaba sus alas. “Lo que no te han contado del mito es que además de
decirle a Ícaro que no volase demasiado alto, Dédalo le ordenó a su hijo que no
volara demasiado bajo, demasiado cerca del mar, porque el agua podría echar a
perder la fuerza propulsora de sus alas”. Es peligroso conformarse con poco.
La zona de
confort no es la zona de seguridad (ésta ha cambiado; aquella no). “Todavía hay
una zona de seguridad, pero no está en un lugar que te haga sentir cómodo. La
nueva zona de seguridad se encuentra allí donde tienen lugar el arte y la
innovación y la destrucción y el renacimiento”. Sí, el arte es la nueva zona de
seguridad, y aprenderlo es como aprender a nadar (por eso necesitas un/a
coach).
“El arte es lo
que hacemos cuando estamos vivos de verdad”. Es lo que somos, lo que hacemos y
lo que necesitamos. Requiere de valentía, perspicacia, creatividad y audacia
para cambiar el status quo. La calidad se da por supuesta. Lo que escasean son
la confianza, la conexión y la sorpresa. “La economía de la conexión ha
cambiado nuestra forma de buscar trabajo y nuestro comportamiento al
conseguirlo”. Es un régimen de novedad, realidad y relevancia. El antónimo de
coherente no es incoherente, sino… interesante.
El arte es la
narración de la vida, y se necesita redefinir la valentía. “La valentía
consiste en contar tu historia, no en ser inmune a las críticas” (Brené Brown).
Dedícate a crear conexiones, a marcar una diferencia, a armar jaleo, a dejar un
legado.
I. La economía de la conexión nos obliga a
crear arte. “El arte de moverse hacia delante se basa en comprender lo que
dejamos atrás”. Primero, el capitalismo permitió a los trabajadores (artesanos)
crear valor; después, se convirtió en un monstruo y les alienó. “Todo el mundo
es un genio. Pero si juzgas a un pez por su capacidad para trepar a los
árboles, se pasará toda la vida pensando que es estúpido” (Einstein). Buscar la
respuesta correcta es enemiga del arte. Ahora lo que importan son la confianza,
el permiso, la singularidad, el liderazgo, el relato (la magia de la historia
que se divulga), la humanidad. “Contenerse es como robar” (Neil Young).
“There’s no
business like show business”: las conexiones requieren un esfuerzo emocional.
Me ha gustado
lo del gatito y el monito. “Cuando un gatito se mete en un lío, su madre lo
rescata y lo pone en un lugar seguro agarrándolo dulcemente por el cuello. Un
monito, en cambio, no tiene otro remedio que aferrarse al lomo de su madre si
quiere escapar. Uno es rescatado, mientras que el otro se rescata a sí mismo”.
En japonés, tariki es la voluntad de
ser ayudado (el gatito indefenso) y jiriki,
la autoselección (el monito que se salva a sí mismo). “La economía de la
conexión le abre las puertas al jiriki”.
“Una conexión
empieza con dignidad”. La industrialización se ha autodestruido cuando ha
rechazado la dignidad. “Ser tú mismo en un mundo que constantemente intenta
convertirte en otra persona es el mayor de todos los logros” (Ralph Waldo
Emerson). ¿Quién nos enseñará a ser valientes?
II. Mitos, propaganda y kamiwaza. Frente a
los mitos y la propaganda, el arte. “No tienes ni idea de lo que estás
haciendo. Si la tuvieras, serías un experto, no un artista”. El miedo ha
cambiado, de ser un mecanismo de supervivencia a un temor a la autoridad, a la
desobediencia, a destacar, inventado por los industrialistas (por el
capitalismo, en definitiva). Los artistas necesitan de seis hábitos: reflexión,
aprendizaje, opinión sincera de los demás, invertir parte en animar a otros
artistas, enseñar y divulgar algo que hayas creado tú mismo. Los artistas
necesitan productores artísticos (emprendedores). El Kamiwaza es ser como los dioses (entusiasmo), hacerlo con confianza
y desinhibición. ¿Estás dispuest@ a hacer un trabajo “divino”? Cuando dudamos
en comprometernos, saboteamos el arte. El arte no tiene mapas ni manuales de
instrucciones, pero es lo que nos permite convertirnos en eje y no en engranaje.
III. Coraje, arte y el trabajo que vale la pena. El
coraje reivindica nuestro poder. Sus elementos son la perseverancia, la
fortaleza, la resistencia, la ambición, el compromiso y la fluidez. ¿Es
demasiado tarde? “Es relajante echarle la culpa al sistema, porque te ofrece
una vía de escape. Pero dado que el sistema no funciona, nos preguntamos por
qué de entrada confiabas en él”.
IV. Vergüenza, vulnerabilidad y desnudez. La
kriptonita es lo que hace real a Superman. “Si no duda de ti la suficiente
gente, no estás marcando la diferencia”. El arte conlleva vulnerabilidad, y su
precio puede ser la vergüenza. “La vergüenza es una asesina de espíritus, un
enemigo de quienes pueden mostrar coraje”. ¿Por qué íbamos a sentir vergüenza
al poner nuestras mejores intenciones en crear un arte para las personas que
nos importan? “Los artistas abren paso, no van detrás de nadie”. Deja de fingir
que no eres especial. Evita la ansiedad de los resultados: “La reacción que
tengan no es tuya; les pertenece a ellos. Pero el arte sí que es tuyo”.
V. Para crear arte, piensa como un artista.
Para conectar, sé humano. Los tres pilares del arte (James Elkins) son
saber ver (fijarse), saber hacer (aprender a codificar) y practicar la tábula
rasa (pizarra en blanco). Vemos lo que
creemos, y no al revés. Si tu arte no genera las conexiones que buscas,
crea un arte mejor, ve con más exactitud, haz con mayor precisión, muestra más
coraje para encontrar tu pizarra en blanco. “Y si nada de esto funciona, cambia
de ambiente, busca un nuevo escenario en el que actuar.”
El peligro
reside en utilizar la regla de otra persona para medir tu arte. “La ingeniería
tiene la respuesta correcta”. El arte, no. “Tal vez tengas un problema de
ingeniería. En tal caso, soluciónalo. Pero si te enfrentas a un reto artístico,
deja de buscar la respuesta correcta.” Contrátate a ti mism@ (¿lo harías?). Convierte tu empleo en
arte, no te preocupes por el talento innato (en todo caso, muestra un
compromiso innato) y conéctate con quienes debes. “Es el observador el que hace
la obra” (Marcel Duchamp). La sencilla razón por la que fracasan los cursos de
creatividad y liderazgo “es que la gente no quiere que funcionen. Nos han
lavado el cerebro para que le tengamos miedo al arte”. Si quieres elegirte a ti
mismo, adelante. “El precio es que tú eres el dueño de los resultados”. La resistencia
(el cerebro reptiliano) es la manera que tiene la evolución de impedirnos crear
arte.
El arte es un
proceso, no un objeto, y los artistas exitosos tienen una serie de hábitos:
aprender a vender lo creado, agradecer por escrito, hablar en público, errar a
menudo, ver el mundo como es, hacer predicciones, enseñar a los demás, escribir
a diario, conectar a los demás, liderar una tribu. “Para que sea arte, tiene
que haber un regalo. El regalo establece una conexión y un vínculo, y estas
uniones se encuentran en el centro de la economía de la conexión”. Generosidad.
“No creas arte
después de convertirse en un artista. Te conviertes en artista al crear arte
sin cesar”.
¡Dios, qué
libro! No te olvides de leer y aplicarlo desde este verano. Gracias, Seth; a Adela
Padín (la traductora), a Roger (el editor en castellano) y a todos los viajeros
que, como Seth Godin, nos inspiran.