Qué le pasó a La Roja. Las cuatro dimensiones del Estado de Ánimo


Último día de la primavera, con un nuevo monarca, Felipe VI. Comienzo un proceso de Coaching Estratégico con el Director General de un gran grupo industrial que lidera su segmento y está creciendo de forma espectacular y sostenida. Ya sabes que un/a directiv@ sin coach es como un deportista autodidacta.
“¿Qué le pasa a La Roja?”, “¿Qué le ocurre a nuestra selección?” se preguntaban abiertamente los comentaristas del partido contra Chile. He estado leyendo las opiniones (que no excusas) de nuestros jugadores, de D. Vicente del Bosque (un señor en el triunfo y en la derrota) y otros técnicos, y me quedo para reflexionar con la autocrítica de Xabi Alonso y con el análisis, sin duda oportunista pero tal vez no falto de certeza, de José Mourinho. “Es deporte y hay que saberlo aceptar. Hemos tenido grandes alegrías y ahora toca una gran tristeza. No hemos sabido mantener el hambre, la convicción de ir a por el campeonato. La cuota de alegría y de éxito ya estaba cumplida, agotada. Futbolísticamente hemos cometido muchos errores. Hemos perdido el saber estar, ese empaque que nos había hecho ganar muchos partidos. No teníamos las mismas sensaciones que otros campeonatos”, señaló tras la eliminación de España el centrocampista tolosarra. “Ha sido un poco de todo. Mentalmente no estábamos preparados y físicamente hemos llegado un poco justos. Todo eso ha sido lo que ha hecho que no hayamos llegado en las mejores condiciones y físicamente no hemos estado a la altura”. Por su parte, el entrenador del Chelsea ha declarado: “Jugó dos partidos en cuatro días contra dos selecciones que jugaron con cinco atrás. Es decir, con tres centrales y dos carrileros, con doble pívot, y con un diez detrás de dos delanteros. Dos partidos en cuatro días, con el mismo sistema. Si quieres hacer la réplica es Robben, Van Persie y Sneijder detrás, o Alexis y Vargas y Vidal detrás. Con los dos carrileros, Isla y Mena, y si quieres mirar a Holanda sería con Janmaat y Blind. Y jugando dos partidos seguidos contra dos equipos con sistema táctico absolutamente igual, España ha jugado con los mismos principios. No ha mirado el lado estratégico del juego, no ha buscado crear por banda, ha acumulado como siempre lo hace, pero antes lo hacía no jugando con equipos que acumulaban tanta gente en la zona central". Es más: "España ha jugado con mucha gente interior. Ha intentado busca líneas de pases interiores, nunca ha buscado por las bandas. Porque cuando juegas con sistema de tres centrales con doble pívot, acumulas cinco jugadores en zona central, y por bandas tienes dos carrileros, e Isla ataca muchísimo. España ha tenido a Pedrito buscando por banda derecha y a Jordi Alba buscando algunas veces por izquierda, pero buscó siempre por dentro". En definitiva: “España ha sido predecible, lento y triste, y por esta razón creo que no hay mucho que decir. Lo que España ha hecho en los últimos seis años ha sido fantástico. Dos Europeos y un Mundial. Esta vez quedaron en fase de grupos. Prefiero decir enhorabuena por estas victorias. Pero esta vez se van con dos derrotas consecutivas, que yo creo fueron merecidas".
Tras reflexionar hace unos días sobre el talento individual (creo modestamente que los cambios de Del Bosque fueron los adecuados), me parece que la clave fue el estado de ánimo. Sabemos que el Liderazgo es cuestión de Inteligencia Emocional (en más del 90%); las emociones son reacciones de corta duración. Un estado de ánimo (“common mood”, “team spirit”, en inglés) es más prolongado. Es una forma de estar y de sentir en un grupo humano, que lo convierte en un equipo (esto es, genera sinergias) o no. el estado de ánimo colectivo puede estar activado (a veces, demasiado: hipertimia o euforia) o deprimido (distimia o desánimo). Según Robert Thayer, el estado de ánimo surge en relación a dos variables: energía (positiva o negativa) y tensión (destructiva o constructiva).
¿Cómo transformar un estado de ánimo perdedor en uno ganador? A través de cuatro dimensiones:
- La del tiempo. O nos focalizamos en el futuro o, consciente o inconscientemente, nos anclamos en el pasado. Es la paradoja del éxito: pensar en lo que has conseguido y no en lo que deseas seguir consiguiendo. El actor John Barrymore decía que “uno es viejo cuando sus añoranzas superan a sus sueños”.
- La del conjunto. En momentos de tensión, el colectivo elige sin darse cuenta entre “tirar cada un@ por su lado” o ser de verdad un equipo. Eso se trabaja, se programa, se entrena, se insiste. La apuesta, de nuevo consciente o inconsciente, por el individualismo daña el estado de ánimo. Solos tal vez vayamos más rápido, pero juntos vamos mucho mejor.
- La de la situación. Si el grupo considera que el entorno le supera, cae en los extremos: ansiedad o depresión. Si tiene sentido de la autoeficacia, de control de la situación, el equipo sale adelante. Por ello, debe seguir un plan (la paradoja de la identidad es que si todo el mundo sabe cómo juegas y no cambias, estás perdido) y ser lo suficientemente flexible para adaptarse a las circunstancias.
- La del ritmo. O agilidad (aprovechando la energía del equipo) o lentitud. Activar la energía es clave para un estado de ánimo ganador. Lo tangible (la vestimenta, la postura, el contacto, la sonrisa) influye decisivamente sobre lo intangible (cómo te sientes).
En un mundo VUCA, la clave para un estado de ánimo ganador es Liderazgo de Visión (Compartida), Entendimiento (“Understanding”, en inglés; empatía, orientación a l@s demás, trabajo en equipo), Claridad en la ejecución (con un plan a seguir y la satisfacción de cumplirlo) y Agilidad.
El Rey Salomón, sabio entre los sabios, nos enseñó que “el ánimo gozoso hace que florezca la vida. El espíritu triste marchita los sucesos”. Te recomiendo el excelente libro de Silvia Damiano, recién publicado, ‘Leadership is Upside Down’ (www.amazon.es/Leadership-Upside-Down-Neuroleader-Revolution-ebook/dp/B00KSFYKBW/ref=sr_1_cc_1?s=aps&ie=UTF8&qid=1403242897&sr=1-1-catcorr&keywords=silvia+damiano, 12 euros en Kindle). Silvia Damiano es la referencia en NeuroLiderazgo. En este texto nos propone el modelo i4 del Neurolíder:
-       Inspirador
-       Integrador
-       Imaginativo
-       Intuitivo

¿Gestor, Líder o Neurolíder? El Gestor es propio de la Era industrial; el Líder, de la Era de la Información; el Neurolíder, de la Human Age (la Era de la Imaginación, la llama la profesora Damiano). El gestor concibe el poder desde el control, es sistemático, centrado en la tarea, mide y no da retroalimentación (“feedback”). El/la líder asume el poder desde el conocimiento, es visionario, centrad@ en las personas, valiente y da retroalimentación unilateral. El/la neurolíder obtiene el poder de las ideas, es creador/a, centrado en el cerebro, vulnerable y da/recibe retroalimentación en todas las direcciones.    
Gracias a Silvia Damiano, a su equipo de About my brain y a Tao de Haas, el psicoterapeuta holandés que vive en Australia (como Silvia). Me siento muy orgulloso de haber contribuido a ‘Leadership is Upside Down’ con un capítulo sobre las olas del Liderazgo. Convertir a quien lidera en más inspirador/a, integrador/a, imaginativ@ e intuitiv@ es una labor del coaching estratégico. Para obtener estados de ánimo ganadores como los de La Roja en los campeonatos de 2008, 2010 y 2012, a cuyos jugadores y cuerpo técnico nunca le agradeceremos lo suficiente.