Es muy ilusionante cuando formas parte de un
grupo empresarial que tiene un proyecto, un reto, un futuro más que deseable.
Hoy hemos tenido Business Board (el Comité Comercial) y otras reuniones con planes
evolutivos esenciales. “El futuro empieza hoy, no mañana” (Juan Pablo II).
Jaime Guibelalde y un servidor hemos ido a
almorzar a ‘Kilómetros de Pizza’, la propuesta gastronómica de Jesús Marquina,
cuatro veces campeón del mundo de pizza. Un local muy sugerente de la Avenida
de Brasil diseñado por el interiorista Luis Galliusi y el publicitario Fernando
Godoy (el señor Goldwing), con Laura Panizo de anfitriona. Hemos disfrutado de
una pizza campeona. De momento, el restaurante lleva 28’5 Km de pizza. Gracias,
Jaime, por la iniciativa.
Esta tarde, después de la oficina, he ido a
ver ‘El juez’, con Robert Downey Jr., Robert Duvall y la inolvidable Vera
Farmiga. Hank Palmer es un abogado triunfador que vuelve a su pueblo en Indiana
debido al fallecimiento de su madre. Allí su padre, juez durante 44 años y con
el que no se habla, es acusado de asesinato. No le queda otro remedio que
defenderle, con lo que deben restablecer lazos. Excelentes interpretaciones y
un guión muy interesante.
He estado leyendo, en el blog de Garr
Reynolds (uno de los mayores expertos en presentaciones eficaces), una entrada
suya de junio sobre Billy Wilder (1906-2002) y 10 trucos que nos enseñó. Este
genio de la comedia fue el primero en ganar el Óscar simultáneamente como
productor, director y guionista; su obra maestra ‘El Apartamento’, es una de
las mejores cintas de la historia y una de las más inteligentes críticas al
capitalismo. El cineasta Cameron Crowe, biógrafo de Wilder (‘Conversaciones con
Wilder, 1999), le considera el rey de la simplicidad, claridad y el relato
divertido.
Las diez claves,
para Garr, son:
1. Todo por la
audiencia. Las audiencias son impredecibles. Las presentaciones no son para
nosotr@s, sino para ella. El gran axioma es: Conoce a tu audiencia. “De los
diez mandamientos, nueve son ‘No aburrirás”.
2. Engánchate a
la garganta y no les sueltes. No pierdas el tiempo con inicios aburridos; lanza
un pistoletazo (¡Bang!). Gánate la atención y mantén el interés. En el
documental ‘Billy Wilder speaks’ (que te recomiendo), nos recuerda: “Empieza
con fuerza”.
3. Desarrolla un
argumento claro para tu personaje principal. La historia ha de tener un protagonista
con el que la audiencia se identifique. Wilder lo llamaba “el arco del cambio”.
4. Has de saber
hacia dónde vas. La historia debe llevarnos a algún sitio. ¿Te ha pasado eso de
escuchar una charla y no saber cuál es la meta? No basta con que lo sepa el/la
ponente, sino el público. En el teatro hay un principio valioso, “el rifle de
Chejov”: “Elimina todo lo que no sea relevante para el relato. Si dices en el
primer capítulo que hay un rifle en la pared, en el segundo o tercer capítulo
debe desaparecer. Si no se va a usar, para qué lo cuentas”.
5. Cuanto más
sutil y elegantemente ocultas la trama, mejor escritor eres. Un punto de giro
lleva a la acción a una nueva dirección. La típica película en tres actos
suelen tener dos giros. El primero, al final del primer acto. El segundo, al
final del segundo acto, da la ocasión para el tercero. Como ponentes, hemos de
tener clara la estructura, con un marco que no sea demasiado evidente para la
audiencia. Debemos fomentar la curiosidad, la sorpresa, el “enganche”. El
público está demasiado ocupado escuchando y observando como para saber qué es
lo próximo que viene. “Confía en tu instinto; mejor que tus errores sean tuyos
que de otros” (Billy Wilder).
6. Si tienes un
problema en el III Acto, el verdadero problema está en el Acto I. El tercero es
la conclusión climática, por eso es tan importante. Lo que más recuerda el
público es el principio y el final. La conclusión debe merecer la pena. Muchos
ponentes tienen dificultades con el cierre, y eso ocurre porque no han sentado
las bases en el inicio.
7. Un truco de
Lubitsch (mentor de Billy Wilder): Cuando digas “dos más dos”, deja que el
público calcule el resultado. Trata a la audiencia con respeto y no les
impongas tu mensaje. Los mejores guionistas adaptan su material al público para
que participen. Muéstrales, pero no se lo expliques.
8. En las
explicaciones, ten cuidado de no leer lo que el público está viendo. Añade,
suma, no repitas.
9. Lo que ocurre
en el Acto II lanza el final de la película. Debe haber algo inesperado que
incremente el tempo para el final de la charla. En la preparación, incluye un
momento sorprendente que genere una nueva dirección.
10. EL Acto III
debe construirse una y otra vez en acción y tempo para el último evento. Y ahí
acaba. El tempo provoca que el final enganche. “Si vas a decir la verdad,
divierte o el público te matará”.
Estos diez
mandamientos, Garr Reynolds los condensa en dos: “No se te ocurra aburrir a la
gente” y “Cuanta más complicada sea la historia, más visual debe ser”.
Gracias a Garr,
a Billy Wilder y a todos los genios creativos que nos cuentan fabulosas
historias.