Mañana
extraña por el cambio horario, que invitaba a pasear y comer al aire libre. Por
la tarde hemos ido a ver ‘Focus’, con Will Smith y Margot Robbie. Una historia
de estafadores y ladrones “de amor y lujo” ambientada en Nueva Orleans y Buenos
Aires. Con un presupuesto de 50 M $, ha sido número uno en EEUU (el primer fin
de semana recaudó más de 18 M $), ha ingresado más del coste en su país en un
mes y ahora le espera el éxito internacional, por el tirón de Will Smith.
Entretenimiento, sin más.
He
estado leyendo la entrevista de Juan Cruz a Umberto Eco con motivo de su nueva
novela, ‘Número Cero’, que saldrá a la venta el 9 de abril. En ella habla de
“la máquina del fango”: los medios de comunicación para intimidar y chantajear
a sus adversarios. Algo que no es nuevo, pero que han potenciado las redes
sociales.
Umberto
Eco (Alessandria, Piamonte, 1932) es un reputado filólogo que se atrevió con
una novela ‘El nombre de la rosa’ (1980) que le convirtió en un fenómeno
mundial (recuerdo precisamente haberla leído en un viaje a Italia; Aristóteles
reivindicaba el poder de la risa, y escribió un libro sobre la Comedia que no
nos ha llegado). Después vendría ‘El péndulo de Foucault’ y ensayos como
‘Apocalípticos e integrados’.
En su
nueva obra muchos han querido ver una metáfora de Berlusconi (“aunque hay
muchos en Italia”, aclara Eco). Pecorelli es un editor que pone en marcha un
periódico que no acaba en los kioskos, pero sí en la mesa de un ministro. Así
es “la máquina del fango”. En palabras de Umberto Eco, “para deslegitimar al
adversario no hace falta que lo acuses de matar a su abuela o de que es un
pedófilo; es suficiente con difundir sospechas sobre sus actitudes cotidianas”.
El editor dice en la novela: “es que la noticia no existe, es el periodista el
que la crea”. “Cuando se habla del malo, todos los periódicos tratan de hacer
creer que se está hablando de otros” (Eco). Como “la realidad es más novelesca
que la ficción”, la crisis del periodismo comenzó en los 50 y 60 con la televisión
y ahora es más grave por internet. ¿Cómo se sale del fango? “Dando noticias
acreditadas”. Eco no tiene miedo por él, sino por sus nietos (equipara el auge
del nazismo por la frustración en Alemania con el del mundo musulmán actual).
Los diarios actúan como si la red social no existiera; sin embargo, para este
gran filólogo “la prensa todavía es garantía de democracia”.
La
periodista Amber Lyon, ganadora del Emmy, ha denunciado que la CNN no ha
difundido atrocidades de Bahrein después que ese país pagara a la cadena por
tratarle favorablemente. “Me preocupa que se pastoree a los ciudadanos a un
nuevo conflicto a través de coberturas selectivas…”
En el
mismo semanal, Gabriel García de Oro nos habla de la sociedad del rendimiento
(‘La sociedad del cansancio’ de Byung Chui Han, de quien he hablado en este
blog y en ‘Atrévete a motivarte’), del flow de Csikzentmihalyi y de la magia.
“La magia no es otra cosa que la pasión. Y la pasión es el motor de la
grandeza, la autorrealización y la maestría. Si descubrimos aquello que nos
apasiona, seremos capaces de focalizar nuestra energía en ello”. “Los grandes
bailarines no son geniales por su técnica. Son geniales por su pasión”.
Según
la profesora Silvia Leal, apenas el 15% de las personas cuentan con esa pasión.
Una lástima. Cuando carecemos de pasión, el rendimiento y la hiperactividad nos
llevan a la ansiedad.
Cultura
y espectáculo. He leído en El Mundo sobre la campaña “Estamos quemando España”.
En la final de Gran Hermano VIP, por cada tuit (hubo 197.000), la imagen de un
libro quemado: obras de Cervantes, Calderón, Lope… Más de 10 horas diarias de
telebasura (entre ellas, Gran Hermano, que se ve el doble que el informativo
más visto). La prensa rosa vende más de 20 veces más que las revistas de
divulgación científica (Pronto, 4 M; Hola, 2’1 M; Muy Interesante, 200.000;
National Geographic, 150.000; Fotogramas, 120.000). Kiko Rivera o Belén Esteban
reciben más tuits (más de un millón) que cualquier líder político (David
Cameron, 940.000; Hollande, 926.000; Rajoy, 745.000). España es líder en
ediciones de Gran Hermano (la última, con 5 millones de seguidores) y en
fracaso escolar. La Esteban, autora española del libro más vendido (100.000
ejemplares). La “princesa del pueblo” ha cobrado por semana 65.000 euros, el
equivalente a lo que perciben 100 profesores de bachillerato por su labor
educativa. Así es esta sociedad del espectáculo.
¿Qué
podemos hacer? “Hay que acostar a los niños leyéndoles un libro y no mirando la
televisión”. Investigaciones del Stanford Center for Cognitive and
Neurobiological Imaging demuestran que la lectura relajada ayuda a desarrollar
la percepción para comprender el mundo que nos rodea y la lectura analítica
aumenta el flujo sanguínea hacia todo el cerebro y particularmente hacia la
corteza prefrontal, la región se ocupa de los procesos cognitivos para gestionar
la atención y la realización de actividades complejas. Leer fomenta la empatía
y la responsabilidad. El niño se desarrollar jugando, no viendo la tele.