Jornada en
Madrid, antes de pasar unos días en Inglaterra: Londres, Oxford, Cambridge,
Stonehenge, Strattford, Windsor, Bath… hasta el lunes de la Semana que viene.
Es la “Semana Santa” cultural que le gusta a mi hija Zoe.
El pasado
viernes, en el RH Club de APD, hablé brevemente de la competitividad de nuestro
país según el Informe del Foro Económico Mundial (WEF). Y es que estamos
creciendo (al 2’5%) y generando empleo. Sin embargo, tenemos enormes
oportunidades en la reinvención de nuestro modelo de crecimiento.
El WEF
divide el Modelo de Competitividad Global en tres apartados: economías
dirigidas por un factor (“factor-driven economies”), por la eficiencia
(“efficiency-driven economies”) y por la innovación (“innovation-driven
economies”). Ni que decir tiene que como economía europea deberíamos apostar
por la innovación más que por ser los más baratos.
En
términos generales, España ocupa el puesto nº 35 de los países analizados (un
puesto bajo para la 14ª economía del mundo, que será la 18ª en 2050). En
términos de Eficiencia es la 31ª; en Innovación la 39ª y en factores la 42ª.
La clave
de los factores son los bloques I al IV: Instituciones (somos los 73º),
Infraestructuras (9º), Macroeconomía (121º) y Salud y educación primaria (34º).
La clave
de la eficiencia son los bloques V al X: Educación superior (29º), Eficiencia
del mercado de bienes (75º), Eficiencia del mercado laboral (100º), Desarrollo
del mercado financiero (91º), Preparación tecnológica (27º) y Tamaño de mercado
(14º).
La clave
de la innovación son los bloques XI y XII: Profesionalidad de los negocios
(38º) e Innovación propiamente dicha (37º).
En
términos de DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades), así
estamos en 2015:
Puntos
fuertes (entre los mejores 15 países del mundo) en Baja Inflación (1º),
Incorporación de estudiantes de secundaria (2º), Escuelas de Negocios (3º),
Infraestructuras ferroviarias (4º), Esperanza de vida e Incorporación de
estudiantes de primaria (7º), Incorporación de estudiantes superiores (8º),
Puertos (9º), Aeropuertos (10º), Carreteras y Disponibilidad de científicos e
ingenieros (11º), Tamaño del mercado (14º). En definitiva, Educación en
cantidad (que no calidad, salvo las Business Schools) e Infrestructuras.
¿Dónde tenemos
las mayores oportunidades de mejora (por debajo del puesto 100 en el mundo?
Capital riesgo (100º), Financiación a través del mercado local (102º),
Capacidad del país para atraer talento (103º), Transparencia del gobierno
(105º), Capacidad del país para fidelizar talento (107º), Solidez bancaria
(112º), Dispendio en el gasto gubernamental (113º), Prácticas de selección y
desvinculación (116º), Confianza en nuestros políticos (117º), Flexibilidad
salarial (117º), Impuestos (127º), Retribución ligada a la productividad
(127º), Deuda pública (130º), Efectos fiscales desincentivadores de la
inversión (130º), Efectos fiscales desincentivadores de trabajar (130º), Acceso
al préstamo (132º).
Somos el
país 50º en corrupción (el 90º en la pública), el 97º en independencia
judicial, el 83º en terrorismo (y el 44º en crimen organizado), el 84º en
ética, el 94º en protección al accionista, el 52º en inversión en I+D (el 58º
en colaboración universitaria en I+D) y el 88º en calidad del sistema
educativo.
Y en
términos empresariales, el 56º en “on the job training”, el 54º en políticas
anti-monopolio, el 52º en absorción empresarial de las tecnologías, el 39º en
marketing, el 99º en tiempo para montar un negocio, el 71º en orientación al
cliente, el 93º en cooperación entre trabajadores y empresa, el 82º en uso
eficiente del talento, el 57º en aprovechamiento del talento femenino, el 96º
en capacidad de delegar… y el 59º en Calidad Directiva (y bajando, desde el
puesto 27º antes de la Crisis).
Así es el
DAFO de España hoy por hoy. Mucho por hacer todavía. En el Top 30 de la
Competitividad Mundial Suiza (por 6º año consecutivo), Singapur, Estados
Unidos, Finlandia, Alemania, Japón, Hong Kong, Holanda, Reino Unido, Suecia,
Noruega, Dinamarca, Taiwan, Canadá, Nueva Zelanda, Bélgica, Luxemburgo,
Austria, Australia, Francia, Irlanda, Corea, Israel, Estonia e Islandia. 15
países europeos (entre ellos, todos los nórdicos), los dos norteamericanos, dos
de Oceanía y seis asiáticos. Ninguno latino.