Ayer,
en la vuelta desde Barcelona, me ocurrieron dos cosas muy interesantes. La
segunda es que el taxista que me llevó desde Atocha a casa es un “teleco” con
más de 20 años de experiencia en el sector, que ha sido despedido por una de
las grandes (en un ERE más o menos encubierto) y no está dispuesto a volver a
esa industria por un 70% menos de sueldo. Se ha comprado un taxi y, en sus
palabras, “no quiere ya trabajar para nadie”. Es la libertad, amigo Sancho.
La
primera es que en la tienda de Sants me compré el libro ‘Nunca te fíes de un
economista que no dude’, coordinado por Javier García, Andrés Alonso y Abel
Fernández, de Sintetia. Un libro EXTRAORDINARIO en todos los sentidos.
Llévatelo en Semana Santa y lo vas a disfrutar a tope.
Lo
prolonga un quinteto de lujo: Manuel Conthe, Emilio Ontiveros, Daniel Lacalle,
José Carlos Díez y José María Gay de Liébana. Para empezar. Conthe nos habla de
expectativas racionales, Ontiveros de conducta optimizadora, Lacalle de ahorro
y recursos escasos, Díez del economista observador y Gay de Liébana de los
taxistas que te explican la economía en un trayecto. Una docena de páginas
procelosas.
Y en
la introducción de los coordinadores, una gran cita de Carl Sagan: “La primera gran
virtud del hombre fue la duda, y el primer gran defecto, la fe”. Javier, Andrés
y Abel nos hablan de las externalidades (con el puente del Bósforo como fondo),
de la complejidad de la economía como disciplina, de las conclusiones
contraintuitivas… “Los economistas casi siempre fracasamos en nuestras
predicciones porque somos como un conductor dirigiendo el coche a través del
retrovisor” (Xavier Sala i Martín).
Andrés
Alonso nos habla de la inteligencia colectiva; de las cuatro condiciones (James
Surowiecki, ‘The Wisdom of Crodws’): Diversidad, Independencia,
Descentralización, Agregación; del “sesgo de confirmación” (Dan y Chip Heath,
‘Decídete’), de que “las personas que mejor predicen son las que luchan
internamente por demostrarse erróneas” (Tetlock); de los mercados de
predicciones (Nate Silver: La señal y el ruido); de que una cosa es una apuesta
y otra una predicción. “La inteligencia no entiende de jerarquías en la
empresa”.
Abel
Fernández: “Dios no suele proporcionar experimentos naturales”. L profesor
García Montalvo (Pompeu Fabra) demostró que el 11-M modificó los resultados
electorales (sin el atentado terrorista y su pésima gestión, el PP habría
ganado al PSOE, como puede observarse por el voto por correo: “diferencias de
las diferencias”). Techo de cristal, jueces compasivos, dependencia
(intergeneracional) de los programas de ayuda, el Gordo de Navidad (que provoca
que se vote más al partido en el poder), la rugosidad de África (y sus
instituciones): “¿De dónde procede la variabilidad de tu variable explicativa?”
(John Cochrane, Chicago).
“¿Nos
quitarán los robots nuestro empleo?”, se pregunta Javier García. La clave es la
“velocidad de ajuste” (adaptabilidad). Quien mejor soporte la incertidumbre,
gana. “Siempre hay alguien en un garaje que está haciendo algo que puede
suponer la destrucción de tu empresa” (Guy Kawasaki). España, según el Global
Competitiveness Report, tiene cuatro grandes barreras: acceso a la
financiación, mal funcionamiento del mercado laboral, burocracia y escasa
capacidad de innovación. “Hoy se construye riqueza a través del valor temporal
y las expectativas”. “Ya no se pueden hacer negocios sin abrazar la
volatilidad”. “La vida son opciones y las opciones nos dan la vida”.
Andrés
Alonso trata la felicidad: Maslow, el descanso, la alimentación, el “efecto
riqueza” y el “efecto sustitución”. El binomio rentabilidad/riesgo es
inseparable.
Roberto
Espinosa nos habla del “Efecto de la Edad Relativa” (Malcolm Gladwell,
‘Outliers’). Los jugadores (de hockey, de fútbol) tienen ventaja si nacieron en
el primer trimestre (el triple que los del último trimestre). Los políticos, al
menos los senadores, al revés. “Los políticos no la saben meter”.
“Analista
de datos, la profesión más sexy del siglo XXI” (Hal Varian, Economista jefe de
Google). Javier García y Antonio Álvarez analizan las nuevas técnicas de
análisis, el “poderoso Google” y el Big Data (2 problemas: nuestra capacidad de
modelización es muy reducida, es para un capital humano muy específico).
Paula
López conecta la Neurociencia con las “trampas de la pobreza”: se ha reducido a
la mitad entre 2003 y 2012 en Latam. Hay un estado mental y cognitivo de
escasez, se dedican excesivos recursos en alcohol, tabaco o apuestas (Banerjee
& Duflo) y hay intervenciones exitosas.
Juan
Martínez Álvarez ha repensado la emigración española. Los dos ejes de
flexibilidad profesional y geográfica nos da cuatro cuadrantes: desempleado,
nuevo emigrante, emigrante clásico, intraemigrante.”La formación por sí misma
ya no garantiza un lugar en el mundo del trabajo, simplemente sirve como
primera condición de ingreso en el mundo” (Consejo de la Juventud). Un sistema
es meritocrático (talento) o topocrático (posición) en función de la
conectividad de sus agentes (César Hidalgo, MIT).
Xavier
Ferrás y Javier García analizan la Innovación. La media europea en I+D es 318
€/hab; la española, 160 €. Las “actividades basadas en el conocimiento” son en
España el 27’7% del PIB; en Francia, el 38%; en Italia, el 43’4%; en EEUU, el
59’5% (fuente: ABACO). “La Innovación es un juego pay-per-view”. “La banca
comercial jamás financiará la innovación”. Hay países de pizzas (Telepizza,
Zara, Mango, Desigual, Privalia, Tous, Imaginarium) o de microprocesadores
(Intel, HP, Microsoft, Google). “La riqueza surge de la innovación, no de la
investigación”. Para avanzar en la economía del conocimiento hace falta un
sólido sustrato industrial, y agentes públicos de financiación.
Juan
Sobejano trata la Microinnovación, con numerosos ejemplos empresariales. Es la
introducción de pequeñas mejoras. “Cualquiera puede innovar, está a la vuelta
de la esquina, solo hemos de tener el valor de cruzarla”.
Uno
de los mejores capítulos es precisamente el último: “La gestión compleja de
empresas: un nuevo management para una nueva época”, de Xavier Marcet y Javier
García. Comienza con una fantástica cita de Jorge Wagensberg: “Progresar es
ganar independencia respecto a la incertidumbre”. Rinde homenaje a Gary Hamel
(el Drucker de nuestro tiempo) y a su obra ‘Lo que ahora importa’ (2012). “La
adaptación es la cualidad empresarial y personal más importante de nuestro
tiempo”. Los managers somos “constructores de síntesis”. Cuanto mayor sea la
incertidumbre y la necesidad de innovar, mayor importancia de los valores. Los
ejecutivos deben ser humildes, honestos y llevar la misión como bien supremo.
El éxito corrompe de forma natural por pensamiento defensivo, sistemas
inflexibles y modelos mentales fosilizados. La clave es huir del cortoplacismo
y, por supuesto, el talento: “el talento no consiste en exhibir brillantez ante
diletantes, sino resultados entre expertos”. El Liderazgo como servicio. A más
complejidad, más estrategia (un pensamiento que suele ser un hándicap en los
directivos españoles, como demostró Juan Fernández Aceytuno).
¡Qué
libro más bueno! Es uno de los éxitos de 2015, sin ninguna duda. Una delicia
para quienes sentimos el sano orgullo de ser economistas, y una gozada para
quienes creen que la Economía es una ciencia aburrida. Mi gratitud a todos los
autores (incluyendo los prologuistas) y por supuesto al editor. Economistas
españoles éstos de Sintetia: hechos de talento.