Primero de
septiembre, segundo día de la semana en Madrid, de reuniones con clientes,
internas y de preparación de la rentrée la semana que viene.
Se nos van de dos en
dos. Primero, los cómicos: Lina Morgan y Daniel Rabinovic (Les Luthiers).
Después, los pensadores: Oliver Sacks y Wayne Dyer.
Oliver Sacks fue un
neurólogo británico nacido en Londres en 1933. Profesor de neurología en la
NYU, fue catedrático en Columbia de 2007 a 2012. Autor de varios best-sellers,
su libro ‘Despertares’ (1973) fue llevado a la gran pantalla con Robin Williams
y Robert de Niro. Su último texto fue ‘Alucinaciones’ (2012). A un servidor no
le apasionan los libros de casos y pacientes; sin embargo, el Dr. Sacks era un
magnífico escritor, irónico y divertido. Le diagnosticaron un cáncer terminal
en febrero. Falleció ayer domingo día 30 de agosto. En sus palabras, “por encima
de todo, he sido un ser que siente, un animal que piensa, en este precioso
planeta, lo que ha supuesto un privilegio y una aventura”. ¡Qué gran verdad!
Wayne Dyer nació en
Detroit en 1940. Seguidor de la psicología humanista de Maslow y doctor en psicología
por la Universidad de Michigan, escribió numerosos textos de autoayuda, el más
famoso de los cuales es ‘Tus zonas erróneas’. Un libro imprescindible para
quienes amamos el desarrollo del ser humano. De esa obra me quedo con frases
como ésta:
- “Si cambias la
forma en que miras las cosas, las cosas que miras cambian”.
- “Cuando juzgas a
otros, no los defines, te defines a ti mismo”.
- “Practica ser el
tipo de persona que te gustaría atraer”.
- “Soy realista,
espero milagros”.
- “Lo verás cuando
lo creas”.
- “El antídoto para
el miedo es la fe”.
- “No hay escasez de
oportunidades para ganarte la vida de lo que amas, sino escasez de voluntad”.
- “Nadie sabe lo
suficiente como ser pesimista”.
- “El amor es
cooperación en lugar de competición”.
- “No mueras con la
música aún en ti”.
Para mí, la gran
lección de Wayne Dyer es que la justicia es una “zona errónea”. Una persona sin
zonas erróneas:
- No tiene
tiempo para fijarse en lo que hacen sus vecinos.
- Disfruta
todo lo que le da la vida; se siente cómoda haciendo cualquier cosa y
no pierde el tiempo quejándose o deseando que las cosas fueran de
otra manera.
- Está libres
del sentimiento de culpa y de los acontecimientos que ocurrieron en el
pasado.
- No se
atormenta con preocupaciones. Algunas circunstancias por las que otras
personas pasan pensando horas y horas, apenas le afectan.
- No tiene
necesidad de aprobación de los demás.
- Se ríe y
hace reír de casi cualquier situación, de acontecimientos absurdos y de
los más serios y solemnes.
- Se acepta a
sí misma sin quejas. Acepta que son seres humanos y que serlo implica
ciertos atributos humanos. Sabe cuál es su aspecto físico y lo
aceptan.
- Aprecia la
naturaleza. Le encanta estar al aire libre disfrutando, corriendo,
paseando o haciendo cualquier cosa que no le perjudique.
- No tiene
compromiso emocional con los problemas. Acepta que son parte de la vida y
eso les permite superarlos con facilidad.
- No necesita
llamar la atención sobre sí mismo y no critica, es hacedor.
- Ayuda a los
demás. Persigue el cambio social pero no se preocupa por los problemas por
las noches ni piensa en las injusticias sin tomar acción.
- Es honesto,
no pretende mentir ni evadirse.
- Cree que lo
que logra es por su propia responsabilidad y no culpa a los demás de lo
que le pasa.
- Tiene altos
niveles de energía. Necesita poco sueño y está sano.
- Es muy
curioso, siempre busca cosas que saber, hacer y aprender.
- No tiene
miedo al fracaso y se arriesga a adentrarse en lo incierto y desconocido.
- No equipara
los resultados externos con su éxito como ser humano.
Mi gratitud a estos
dos grandes psicoterapeutas que nos han dejado. Su legado estará con nosotr@s
por siempre.