En este fin de semana de Halloween, de recuerdo a
nuestros difuntos y de nuevos amaneceres, sigo con el tema de la educación.
“Hace unos años, Sharath Jeevan acudió a una
reunión con el ministro de Educación de un país caribeño. Este le explicó que
había decidido gastar una cuarta parte de su presupuesto en comprar un
ordenador para cada niño, ya que consideraba que esa era la fórmula mágica para
mejorar sensiblemente la educación de su país (¿recuerdan que Zapatero propuso algo
semejante?). Poco después, el emprendedor indio leyó el caso de un
profesor keniata que había conseguido alcanzar los segundos mejores resultados
de matemáticas de su país a través de una simple reorganización del año
escolar.
Un contraste muy revelador, pensó Jeevan. No son
los grandes proyectos sino los pequeños cambios llevados a cabo por los
profesionales de la educación los que finalmente marcan la diferencia. Gracias
a su larga experiencia en el mundo de la empresa privada, en la que entre otras
cosas ayudó a crear eBay for Charity, la rama de obra social de la popular
tienda, decidió que su proyecto más ambicioso debía ser STIR Education. Esta
red fue fundada en 2012 con el objetivo de identificar el talento entre
los profesores,
animarlos a implantar sus cambios y poner en contacto a los líderes del cambio
educativo.
“Todos los veranos volvía a la India y al ver a
los niños pensaba que yo mismo podría haber sido uno de ellos”, explica Jeevan,
emprendedor social de la red Ashoka, a El Confidencial. “Me di cuenta de que a
través de la educación puedes marcar una gran diferencia en la vida de la
gente”. Por ello, y gracias a las habilidades comerciales y de gestión de
equipos que había aprendido a lo largo de su carrera, así como a su experiencia
en el sector educativo inglés con Teaching Leaders, decidió arrancar con STIR
Educacion a muy pequeña escala, con 25 profesores en Delhi que en apenas tres
años se han convertido en 12.000 en la India y Uganda.
Las tres etapas del viaje del profesor
No hay ninguna duda de que la India necesitaba
algo que sacudiese su sistema educativo. En el examen PISA de 2009, el país
asiático quedó en el puesto número 72 de los 74 participantes. No sólo había
muchos niños no escolarizados, sino que incluso los que estaban no eran capaces
de recibir la formación que necesitaban. “Pensé que debía buscar una solución
al problema que supone que millones de niños en todo el mundo reciban una
educación sin valor en la que no aprenden ni a leer ni a escribir o a realizar
una operación matemática”, explica Jeevan. “Sabemos que la diferencia la debían
marcar los profesores, que a menudo son considerados el problema, cuando son la
solución”.
Jeevan tiene muy claras cuáles son las dificultades
de los profesores y de qué manera se les debe ayudar, incluso en los países
occidentales. “No es tan diferente de Inglaterra u otros países occidentales,
donde hay un gran problema de motivación en los cuerpos docentes”, recuerda el
emprendedor. “Muchas personas tienen buenas ideas pero no consiguen
implantarlas porque el sistema no quiere cambiar”. El primer paso está claro:
volver a motivar a aquellos que han perdido la ilusión y, sobre todo, reconocer
el esfuerzo de los profesionales: “Muchos tienen la sensación de que por muy
duro que trabajen y lo mucho que consigan nadie se preocupa por ellos.
Necesitan reconocimiento, que no tiene por qué ser necesariamente económico. Lo
importante es poner el foco en los docentes que están haciendo un buen trabajo”.
Efectivamente, son los pequeños cambios, las
microinnovaciones, las que hacen posible una transformación real. José Antonio
Marina comenta en ‘Despertad al Diplodocus’ de la “teoría de las ventanas
rotas” de George L. Kelling (artículo de 1982 y libro de 1996). William Bratton
(1947), actual Jefe de Policía de la ciudad de Nueva York (y que anteriormente
ha servido en ese cargo en Boston y Los Ángeles) considera que el Dr. Kelling
es su mentor intelectual y la implantó en la ciudad de la “Gran manzana”. Son
los detalles (como la limpieza y la restauración de las ventanas deterioradas)
las que provocan un círculo virtuoso de menor criminalidad y corrupción. Con la
enseñanza (y la calidad directiva, por ejemplo) ocurren tres cuartos de lo
mismo.
Gracias, Pedro, por compartir el artículo, a
Héctor y Sharath por su labor y tod@s l@s integrantes de Sharath Jeevan.
En otro orden de cosas, me han recomendado
‘Aprendiendo a aprender’ de Coursera: www.coursera.org/learn/learning-how-to-learn/
Se trata de una acción formativa de la Dra. Barbara Oakley (Universidad de
Oakland) y el Dr. Terrence Sejnowski (Instituto Salk de Neurobiología),
impartido en la UCSD (Universidad de California en San Diego). ¡Excelente
curso! Muy instructivo.