Como
colofón a estas deliciosas fiestas navideñas, hoy hemos ido a Segovia. Tren que
en menos de media hora te lleva a la ciudad del Acueducto, visita guiada,
almuerzo en Torrecaballeros y regreso a Madrid. Mi profundo agradecimiento a
los anfitriones, Mabel y Jorge, y a Nelson y Mirna, que tan decisivos han sido
esta Navidad.
He estado leyendo ‘El espectro del
comunismo. Del socialismo a Podemos’, del abogado Jesús Trillo-Figueroa. Un
análisis muy interesante de esta formación política que ha irrumpido en la
escena española.
El autor comienza con una cita de
Jacques Attali (Le Monde, 1989): “el Titanic es nuestra sociedad triunfalista y
orgullosa. Una sociedad en la que todo está previsto, salvo los medios de prever.
Todos suponemos que hay un iceberg esperándonos oculto o en alguna parte del
brumoso futuro, contra el que chocaremos para después irnos a pique mientras la
música sigue sonando”. Tras las elecciones al Parlamento Europeo del 25 de mayo
de 2014, “el espectro del comunismo” (según JTF) ha vuelto, en un escenario en
el que “son más importantes las tertulias de televisión que los debates en el
parlamento”.
¿De qué se nutre Podemos? Jesús ofrece
cinco aproximaciones:
I. La visión de la ideología frente a
la visión de la realidad. La Transición Española es un ejemplo de Concordia y
el Chavismo, de confrontación. El profesor David Runciman (Cambridge)
contrapone los modelos de Dinamarca y de Siria. Para Podemos, “la revolución
bolivariana es una referencia democrática fundamental en Europa, la Revolución bonita que necesita el Sur de
Europa”. Con un “neolenguaje del poder” (Orwell) se puede conseguir el mismo:
en lugar de dictadura del proletariado, democracia participativa; en vez de
vanguardia del proletariado, liderazgos colectivos. “Hay que disputar conceptos
hegemónicos” (Pablo Iglesias). Frente a la visión aristotélica de la política
(una sociedad justa y equilibrada, un sentido teleológico de la felicidad,
mejores ciudadanos), la demagogia del populismo, que proviene de los sofistas y
Maquiavelo. Contra la “ética humanista”, la “ética política”, en la que todo
vale para alcanzar el poder. Iglesias se basa en Carl Schmitt, el ideólogo de
Hitler: “La soberanía es, ante todo, una potencia de poder exterior al derecho”
(2013). “Lo que define el poder político es la fuerza de imponer la propia
voluntad” (Iglesias 2014). “El objetivo principal y único es el poder por el
poder, ejercerlo, preservarlo e imponerlo. Por eso se llama Podemos”.
II. ¿Populismo, fascismo, comunismo? El
periodo actual, comenta el autor, se parece mucho al de entreguerras:
relativismo, nihilismo, crisis, como en 1914 y 1929. Los totalitarismos
“consideran lo humano como superfluo” (Arendt, 1945). La política como
espectáculo (un invento del fascismo italiano), “invocando al instinto, a la
fe, a la ilusión y a la imaginación de la gente” (Gentile, 2002). Como Chávez,
se basa en la crítica del régimen vigente, en ser el “antipartido”, ni de
izquierdas ni de derechas, con un lenguaje populista (en el caso de Iglesias,
además futbolero: “sí se puede”, “partido a partido”, “remontada”). El origen
de Podemos está en la extrema izquierda universitaria, en el posmarxismo de
Laclau y Mouffe, en los “frames” (o marcos conceptuales) de George Lakoff
(aplicación práctica de la ciencia cognitiva a la política), en Gramsci, en
Negri… y en Juego de Tronos. Radicalismo nihilista: lo público siempre es lo
óptimo, prejuicios frente al empresariado, el mito del progreso, expulsión de
la religión de la esfera pública, decadencia de la familia, educación sólo
pública. Todo está en el ‘Manifiesto Comunista’ de 1848. Pero ahora, desde la
indignación del 15-M a las tertulias mediáticas.
III. El “Deja vu” de ‘Contra Occidente’
(Gustavo de Arístegui, 2008). El Chavismo y Ahmadineyad pactando contra la
democracia. Podemos es antisistema, antipartdi, anticapitalismo,
antiglobalización. El populismo radical del “socialismo del siglo XXI”,
emotivista, irracionalista, de satisfacción simbólica (no material) de la ansiedad,
a través de la repetición de afirmaciones y el contagio, la inanidad
programática y el clientelismo, así como el oportunismo (frente a la crisis, la
desigualdad y la corrupción). “Chávez vivo es peligroso, pero muerto será
invencible” (Iglesias, 2014).
IV. El Populismo Radical. El concepto
revolucionario de ideología (Lenin), el fin de las ideologías (Daniel Bell).
“El apartamiento de la ideología es la forma precisa en que nos volvemos sus
esclavos” (Zizek 2004). Del proletariado al pueblo (Negri) con ‘La razón
populista’ (Ernesto Laclau 2005). Hiperliderazgo de Iglesias, con ‘El retorno
de los Césares’ (Otero Novas, 2007).
V. Juego de Tronos: Ganar o Morir. En una visita
de Felipe VI al Parlamento Europeo (15-IV-15), Pablo Iglesias le hizo entrega de
un pack de la serie. De la que el autor extrae valiosas lecciones: Todos contra
todos (la vuelta de la política), “El poder es poder”, La sustancia de la
política es el antagonismo, “Winter is coming” (la crisis orgánica), la
legitimidad la da el poder, el relato (“un nuevo régimen mediante la
construcción de un nuevo discurso”), ética política (“el poder principal es el
de nombrar, el de generar sentidos compartidos”, Errejón), empoderamiento (la
Khaleesi) y liderazgo (Tyrion Lannister): la imagen, la caverna, el poder de la
sombra. El autor contrapone el poder personal de Juego de Tronos y en Gollum (‘El
Señor de los Anillos’) con el poder como servicio de Sam.
Un libro muy documentado, profundo, para entender
este nuevo fenómeno político.
Ayer fuimos a ver ‘Macbeth’ de Justin Kurzel con
Michael Fassbender y Marion Cottilard en v.o.s.e. Ya sabes, la profecía de las
brujas (Macbeth se convertirá en barón y luego en rey), que se autocumple
mediante la violencia. Luego, tiene miedo de perder el poder. Podemos ya ha
acabado con IU y ahora va a por el PSOE. Shakesperare, más actual que nunca.