Disfruté
mucho anoche de la inauguración de la
exposición de la obra de Giordano Vaquero en pequeño formato en la Galería
Emotionart (Doménico Scarlatti, 5). Mi profundo
agradecimiento a l@s galeristas: Eduardo, José María y Susana. Fue una sorpresa
muy grata el encuentro con antiguos compañeros y amigos como Íñigo y Enrique,
así como conocer a personas estupendas como Javier y Elena.
AVE de las 7 de la mañana de Madrid a
Barcelona. He estado escuchando (una vez más) el nuevo CD de Melendi, ‘¡Quítate
las gafas!’, que es pura poesía, y el de navidad de Michael Bublé, el más
vendido del mundo en esta temática. El año pasado, en Amsterdam, Zoe y yo vimos
su concierto de navidad desde Nueva York por internet. Una auténtica maravilla.
¡Qué versión tan personal del ‘All I want for Christmas is you’: www.youtube.com/watch?v=lkN5M-nJx6A
Have yourself a Merry little Christmas now!
Este último viaje a Barcelona en 2016
(creo), me ayuda a reflexionar no “sobre” la gratitud (como ejercicio
intelectual) sino “para” la gratitud, para la acción. Desde un punto de vista
científico, como bien sabes, la gratitud es la prioridad número uno de la
felicidad (Sonja Lyubomisrky). Y la clave de bóveda de las relaciones (Allen
Burton y Ted Furtris, Universidad de Georgia, 2015). Hemos de practicarla hasta
que sea un nata, un hábito natural.
El 15 de febrero de 2008 trataba en
este blog del libro ‘Thanks!’ (Gracias), del Dr. Robert Emmons, uno de los
mayores expertos en Psicología Positiva. Hace casi 20 años, fue invitado a
impartir una conferencia sobre “las fuentes clásicas de la fortaleza
humana": sabiduría, esperanza, amor, espiritualidad, gratitud y humildad. Su
primera opción fue humildad, pero ya estaba cogida y le tocó la gratitud. A
partir de ahí, comenzó a investigar. La gratitud es la actitud de recibir un
regalo (material, emocional, espiritual). El término procede del latín “favor”
(gratia). La gratitud es una actitud
consciente de reconocimiento y aprecio, valorada a lo largo de la historia de
la filosofía por Cicerón (“la gratitud no es sólo la mayor de las virtudes,
sino la madre de todas las demás”), Séneca (“la ingratitud es abominable”), David
Hume (“De todos los crímenes que las criaturas humanas son capaces de cometer,
el más horrible y poco natural es la ingratitud”), Kant (“la ingratitud… es la
esencia de la vileza”) o Martin
Heidegger (“Denken ist Danken”,
Pensar es agradecer). “Todos los bienes se ven mejor cuando se ven como
regalos”, Chesterton.
Además de correlacionar con la
felicidad (como causa prima), la gratitud es esencial para una mayor
productividad, calidad del trabajo, mejores relaciones sociales, más energía,
actividad, fluidez, mejor sistema inmunológico y menor stress. El 75% de
nuestra longevidad depende de factores psicológicos y de comportamiento. Ser una
persona amable, apreciativa, tolerante y compasiva reduce en un 23% los niveles
de cortisol (estrés) y duplica la hormona DHEA (relajación).
En términos prácticos, cuidado con la negatividad,
la incapacidad para la interdependencia (quienes piensan que la gratitud es una
emoción humillante), los conflictos psicológicos internos, el pensamiento de
comparación, el victimismo, el sufrimiento. Pueden ser motivos inconscientes
para la ingratitud: el complejo de inferioridad, la sensación de deuda por
parte del otro, la distorsión neurótica en la mente del beneficiario y la falta
de juicio en los motivos del benefactor. La ingratitud tiene mucho que ver con
el narcisismo.
Robert Emmons nos regala diez consejos
para practicar la gratitud:
1. Comienza un cuaderno de gratitud, con los momentos
inspiradores que merecen agradecimiento.
2. Recuerda lo malo (no todo es un
camino de rosas) para valorar lo positivo.
3. Pregúntate sobre lo que has
recibido, lo que has dado y las dificultades que has causado.
4. Aprende oraciones de gratitud.
5. Atiende a tus sentidos (agudiza tu percepción).
6. Utiliza recordatorios visuales.
7. Haz pronunciamientos públicos de
gratitud.
8. Analiza tu lenguaje (“el lenguaje
determina la naturaleza y el contenido del pensamiento”, Benjamin Lee Whorf).
9. Utiliza expresiones faciales de
gratitud: sonríe mucho y bien.
10.Sé creativo (piensa “fuera de la
caja”): agradece incluso a quienes sientas que te pueden haber dañado.
Gracias, Dr. Emmons, por compartir
tanta sabiduría.
Hace 8’5 años incluía en aquella
entrada sobre el libro de Emmons la canción de Tamara ‘Gracias’. En otras
ocasiones he compartido la de Alanis Morrisette y creo que la de Mercedes Sosa
(‘Gracias a la vida’). Esta mañana, al llegar a Atocha, sonaba en Kiss FM ‘Me
enamora’ de Juanes. Una gran canción de gratitud.
Y por supuesto, GRACIAS a ti.