Reunión estratégica en Córdoba desde hoy
miércoles hasta el viernes por la tarde. Ayer, AVE desde Madrid para llegar a
la bella ciudad andaluza poco antes de las 9 de la noche.
El pasado lunes tuve la oportunidad de asistir
en la Casa de Galicia a la presentación de la cosecha de Valdeorras (Godello,
Mencía), con el humorista y dramaturgo Javier Veiga como maestro de ceremonias
(mi gratitud a María, Felipe, Jorge y todo el equipo organizador). Después,
estuve en la Fundación Rafael del Pino en la presentación del libro ‘El porqué
de los populismos’, coordinado por Fran Carrillo, con la diputada Aurora
Nacarino, el sociólogo electoral Narciso Michavila, el periodista Esteban
Hernández y el experto en política estadounidense Juan M. H. Puértolas, además
de editor Roger Domingo. Una presentación especialmente brillante. Y después un
picoteo con Fran, Roger y algun@s de l@s asistentes.
‘El Porqué de los populismos’ es un libro
imprescindible si queremos entender qué está pasando en la política a ambos
lados del Atlántico (en la presentación del mismo varios de los autores se
refirieron a la primera vuelta de las presidenciales francesas). Dividido en
cuatro bloques (la cuestión política, el discurso y las formas, el factor económico
y qué pasará a partir de lo que ha pasado), lo introduce Fran Carrillo tras un
año, el 2016, lleno de sorpresas (Trump, Brexit, etc): “Ya nada volverá a ser
como antes”. Cita a Manuel Arias Maldonado sobre las cuatro propiedades del
populista: separación pueblo-élites, amor-odio entre ambas, valoraciones
contrapuestas, soberanía popular. Un texto, como escribe Fran, a medio camino
(justo medio) entre la pulcritud académica y la frescura periodística. Así es.
En el bloque político, José Luis Villacañas
bucea en el populismo latinoamericano y su vecino del norte para explicarnos de
dónde viene ese “amor a las masas”. Es “la reinvención de la política”, con
antecedentes en el New Deal, el PRI mexicano y el peronismo. Esteban Hernández se detiene en determinados
populismos y su éxito, desde 1896 a la década de los 60, el neocon en 2004 y los populismos de derechas. Narciso
Michavila analiza el fracaso de las encuestas en “el año que pronosticamos
peligrosamente”. ¿Contra quién hay que votar? Aurora Nacarino-Brabo repasa el
contexto populista (choque de civilizaciones; Dios, Patria, Clase), el auge y
caída de la socialdemocracia, crisis económica y del liberalismo… y enfoca sus
fortalezas (nuevo romanticismo, palabras como puños) y la debilidad de sus propuestas.
Federico Sternberg se atreve a anticipar qué
nos espera en Europa. Patricia Centeno analiza la estética populista (“Sentir
el pensamiento, pensar el sentimiento”, Unamuno): lobos con piel de cordero,
con el postureo como modo de vida. Juan M. H. Puértolas se atreve con un
monográfico sobre Donald Trump (un candidato que no esperaba ganar –él mismo-,
sino acrecentar su Marca, y que ahora se deja llevar por el último con el que
habla, como acaba de pasar con el presidente de China), con precedentes en
Andrea Jackson (el Bonaparte americano), el gran orador William Jennings Bryan,
Huey Long en Luisiana, McCarthy y Wallace. Fran Carrillo nos cuenta ‘el relato
del miedo’: “el populismo no es malo, el populista sí”, con su relato de
contraste (pensar a la contra) y su dramatismo (“las redes, más sociales que
nunca”).
Respecto a la economía, Daniel Lacalle y Juan
Ramón Rallo, desde su perspectiva liberal, explican por qué los populismos
están destinados a fracasar. “La globalización es el principal enemigo del
populismo de izquierdas y de derechas” (Lacalle). “¡Que paguen los ricos!”
(Rallo): impagos e inflacionismo.
Me ha encantado este libro, con opiniones tan
contrapuestas y reflexión profunda en la gran mayoría de los capítulos. Reitero
mi agradecimiento a Roger, a Fran y al resto de los autores.
En ‘Del Capitalismo al Talentismo’ (2012) me
refería a tres instituciones moribundas (tal como las conocemos): los partidos
políticos, las universidades públicas y los medios de comunicación. Creo que
los populismos de izquierda (intelectualoides), en Europa y América, son la
supernova de estas tres instituciones: partidos creados por profesores de
universidad con el apoyo entusiasta de ciertos medios de comunicación (Podemos
es un ejemplo muy claro al respecto). Como les falta meritocracia (de lo que
adolecen esas instituciones, y de ahí su decadencia en el talentismo), su final
es inexorable. Los populismos de derechas (fascistoides) van en contra de los
medios de comunicación, de la intelectualidad universitaria y de los partidos
establecidos. Donald Trump o Marine Le Pen son casos notables. En el fondo,
“los extremos se tocan”. Unos y otros populismos se nutren de la desigualdad,
de la crisis de la democracia liberal, del Estado del Bienestar (que se ha
convertido en “el bienestar del Estado”), de lo aburridos que son los grandes
partidos establecidos. Francia está “probando” con un banquero y ex ministro de
economía como es Macron (más sólido que los líderes de Ciudadanos en nuestro
país, que improvisan en demasía). Veremos que pasa. Como decía ayer el profesor
Víctor Lapuente en un fascinante artículo, los galos empiezan las revoluciones…
“I am
the eye in the sky
Looking
at you
I can
read your mind
I am
the maker of rules
Dealing
with fools
I can
cheat you blind
And I
don't need to see anymore
To know
that
I can
read your mind (Looking At You),
I can
read your mind (Looking At You),
I can
read your mind (Looking At You),
I can read your mind”