Ya en la
Talent Tower, retomando temas y reunionéndome con compañeros, amigos y
clientes.
En el
número de este mes de GEO. Una nueva visión del mundo, su director, Julián
Dueñas, nos recomienda los libros de Lawrence Durrell ‘Las islas griegas’
(1978), una guía muy personal (que fue un best-seller) de 48 de las 2.000 islas
helenas, y de otro escritor británico, Patrick Leigh Fermor: Mani (1958) y
Roumeli (1966). Mani es un territorio al sur del Peloponeso “en cuyas montañas
se refugiaron a lo largo de la historia a todos los que huían de algo”.
La
publicación nos presenta Meteora (monasterios bizantinos del siglo XV en la
región de Tesalia), Vathia (parece un pueblo fantasma en la Luna), la garganta
de Vikos (mil metros de caída), Iviron (en el Estado Monástico Autónomo del
Monte Athos, habitado por 1.500 monjes), Delfos (“el ombligo del mundo”, con el
famoso templo de Apolo, en la ladera del Monte Parnaso).
Maud
Vidal-Naquet escribe sobre ‘El gran humedal de los Balcanes’: dunas
inmaculadas, flamencos rosas y reflejos luminosos en las ondas. “La laguna de
Mesolongi, situada en el centro del país, es un concentrado puro de poesía”. Se
dice que en el jardín de los héroes descansa el corazón de Lord Byron. Un
humedal cinco veces más grande que las Tablas de Daimiel, un paraíso
desconocido. Sobre el enigma de Anfípolis, una tumba gigantesca y suntuosa, el
descubrimiento arqueológico más fabuloso de las últimas cuatro décadas en
Grecia. Sobre la memoria de Hércules y sus trabajos: liberar a Cerbero del
infierno (en el cabo Ténero), estrangular al león de Nemea, capturar la cierva
de Cerinea, limpiar los establos de Augías, capturar el jabalí de Erimanto,
cortarle las cabezas a la Hidra (en la región costera de Lerna), matar pájaros
en el lago Estínfalo y regresar a la Argólida. Y el renacimiento de Tesalónica,
con su paseo marítimo rediseñado, su patrimonio restaurado y su cosmopolitismo
recuperado… Una ciudad que “entró en decadencia al hacerse griega”, en 1912. El
nuevo alcalde (con diamantes en la oreja y tatuajes) ha regenerado la villa.
Patrimonio
arqueológico en Didimótico (ciudad fundada por el emperador Trajano), Kavala,
Pella, Kastoriá, Ioannina, Naupacto, Osios Loukas, Ramnunte, el Cabo Sunión,
Naupacto, Corinto, Nauplia (la ciudad helena más romántica), Epidauro, Olimpia,
Mistra y la bahía de Pilos. Lugares naturales como el bosque de Dadia (aves de
presa), el delta de Evros, el Lago Kerkini, la cueva de Petralona, el Porto
Koufo (una bahía con forma de corazón), la cueva de Petralona (gruta con
estalagmitas) y por supuesto el Monte Parnaso (el territorio de las 9 musas) y
el Monte Olimpo (residencia de los dioses, a 2.917 metros de altura).
Mi
gratitud a Julián Dueñas (@juduenas), director de la revista desde hace 10
años; a la periodista free-lance Maud Vidal-Naquet @MaudGreece (excelente
trabajo) y a todo el equipo de GEO, una publicación muy interesante para quien
nos sentimos viajeros.
Tengo
pendiente con Zoe el viaje cultural a la Grecia continental (incluyendo Atenas)
y Maud será, a buen seguro, nuestra primera opción como guía.
Etiquetas: Grecia, Macedonia, Peloponeso, Talento